A poco más de una hora desde la frontera del Somport, muy cerca de Salies-de-Béarn, se levanta orgullosa Navarrenx; una pequeña villa de algo más de 1.000 habitantes que además de ser uno de los «Pueblos más bellos de Francia», fue la primera ciudad abalartuada del país vecino, siendo durante la primera mitad del siglo XVI la principal plaza fuerte de la zona.
Protegida por impresionantes fortificaciones, esta villa del Béarn bañada el gave de Oloron hunde su historia hasta el siglo I D.C. Su nombre procede del latín «Sponda Navarrensi», que significa el límite de Navarra. Y está enclavada en el Camino de Santiago, dentro de la ruta que lleva hasta Roncesvalles.
Tras atravesar la puerta de Saint-Antoine, pasear por Navarrenx es volver varios siglos atrás, ya que ha conservado su trazado urbanístico y su arquitectura, con ejemplos como la plaza des Casernes, la torre de la Poudrière, la fuente militar, un arsenal del siglo XVII o las casas góticas.
Ese magnífico estado de conservación le ha valido a este pueblo ser declarado como uno de los «Pueblos más bellos de Francia». La vida de la localidad está unida la dinastía de los Moncade, y a la ambición de hacer del Béarn un país independiente.
Tras aumentar de forma repentina su población, la vizcondesa de Béarn, Margarita, fundó en 1316 una bastida, con sus calles rectilíneas que se cruzan en ángulos rectos. Las bastidas son un tipo de desarrollo urbano característico de Aquitania y Occitania que tenía como finalidad repoblar zonas deshabitadas con finalidad defensiva y de explotación económica, y provocadas por el aumento de población.
En 1538, Navarrenx se fortifica convirtiéndose en el bastión frente a las pretensiones expansionistas de territorios vecinos. Fue el rey de Navarra, Enrique II de Albret, hizo construir a un italiano, Fabricio Siciliano, unas murallas capaces de resistir las nuevas armas de la época, como los ataques de la artillería de pólvora y las balas de cañón metálicas. Estos elementos defensivos fueron construidos un siglo antes de las primeras obras de Vauban.
Las defensas de la villa, con sus baluartes, medias lunas, puertas fortificadas y torres de vigilancia, fueron declaradas monumento histórico. Las murallas tienen 1657 m de longitud y 10 metros de altura. En el Centro de Interpretación del arsenal, antigua residencia de los reyes de Navarra, se expone una maqueta de la ciudad fortificada.
Esas murallas y baluartes, desde las que hay unas vistas impresionantes de los Pirineos, sirvieron para proteger a las tropas de la soberana protestante del Béarn, Jeanne d’Albret, frente a las tropas católicas.
NAVARRENX, CAPITAL MUNDIAL DE LA PESCA DEL SALMÓN
Esta villa del Béarn es la capital mundial de la pesca del salmón, ya que el gave de Oloron es el río salmonero más largo de Francia. En la presa de Massey, hay un paso que permite el paso del salmón en su migración desde el océano Atlántico.
Para hacer honor del título de ser capital mundial de la pesca del salmón, cada año se organiza una fiesta en honor del pez, el rey de los gaves. Además en la entrada de la villa hay una escultura de acero inoxidable de cinco metros de altura que representa a un pescador con una caña de 10 metros de largo cazando un salmón, y es obra del artista salisiense Marc Benard.