Hacía mucho tiempo que la situación político-económica mundial no estaba tan agitada como en la actualidad y, en un mundo globalizado, Aragón se enfrenta a una serie de incertidumbres tales como la situación del empleo y la búsqueda de personal cualificado por parte de las empresas, o las afecciones en el poder adquisitivo de las familias, motivadas por la inflación y la subida de tipos.

Pero más allá de eso está el Aragón que se está gestando para el futuro inmediato: cómo debe estructurarse su economía, como puede mejorar el tejido productivo o de qué forma pueden potenciarse las exportaciones.

Para ello, el Gobierno de Jorge Azcón ha nombrado director general de Política Económica a un economista con un marcado perfil técnico, Javier Martínez. En esta entrevista en la redacción de HOY ARAGÓN desgrana los retos y las exigencias que tiene Aragón para los próximos años.

PREGUNTA: A grandes rasgos, ¿cómo diría que está Aragón?

RESPUESTA: No podemos aislar la situación económica de Aragón de la del resto del mundo. Todos los indicadores nos muestran que la economía se está desacelerando, algo que recogen tanto las previsiones económicas de España y Europa como las de Estados Unidos. En Aragón esperamos crecer el año que viene en torno al 1,8% frente al 2,3% con el que vamos a terminar 2023.

Esto ocurre en un entorno socio-político de mucha incertidumbre, por eso una de las primeras reponsabilidades es interpretar la situación. Solo si la interpretamos bien, podremos poner las medidas que nos lleven hacia donde queremos.

En todo caso, la situación de Aragón está bien, pero no debemos despistarnos y ser conscientes de que los años que vienen no van a tener la alegría económica de los anteriores.

Los datos de empleo son más que positivos y Aragón es la segunda comunidad de España con menos paro, pero eso tiene una segunda lectura que no dejan de poner de manifiesto los empresarios: la falta de mano de obra cualificada. ¿Cómo hay que abordar ese problema?

Aunque no depende de mi dirección general, el INAEM es una herramienta muy potente, con Ana López al frente y más de 500 profesionales que intentan adaptarse a este entorno tan cambiante.

La formación es uno de los puntales más importantes para ser competitivos en el exterior. En este ámbito, se está revisando todo lo que es Formación Profesional, y la universidades están formando perfiles profesionales muy demandados.

Las exportaciones por fin parece que se están recuperando y el Aeropuerto de Zaragoza empieza a acercarse de nuevo al de Barcelona en cuanto a volumen de carga. ¿Tiene sentido pensar que esa recuperación va a continuar y el aeródromo zaragozano está llamado a ser el segundo de España?

Sin lugar a dudas, y en ello tenemos que trabajar. Vender en el exterior es la labor fundamental y una de las líneas transversales de los presupuestos. La política económica que estamos intentando hacer está enfocada a la internacionalización: apoyar a las empresas tanto técnica como económicamente para que puedan salir fuera.

Cuando lo haces, no solo encuentras nuevos mercados, sino que también entras en un mundo muy competitivo, lo que te permite mejorar mucho más. A este respecto, se ha aumentado el presupuesto a Aragón Exterior un 30%, una de nuestras apuestas más claras.

¿Y esa búsqueda de una mayor intenacionalización pasa por que las empresas aragonesas ganen en tamaño?

Uno de los inconvenientes en Aragón y en España en general es que tenemos empresas de un tamaño muy pequeño, y eso hace que no puedan competir en ciertos ámbitos. Que las compañías aumenten de tamaño es una aspiración importante. Hay que ver exactamente por qué no crecen y ahí debemos trabajar.

Logística, automoción, agroindustria… son los sectores que tradicionalmente sostienen la economía de Aragón. ¿Es momento de diversificarse y apuntar a otros menos arraigados?

Tenemos un patrimonio cultural impresionante, un paisaje y un entorno espectacular, una ubicación excepcional, paz social, una calidad de vida muy alta… Todas esas facetas las debemos aprovechar. La ubicación es algo que, en este momento de relocalización de muchas empresas, hace que recibamos muchas llamadas para instalarse aquí.

La logística debemos seguir potenciándola, porque hemos pasado de estar muy bien ubicados a ser un hub de primer orden. Pero tenemos que seguir trabajando también en mejorar la competitividad y traer más empresas y talento de sectores innovadores y punteros.

A este respecto, hemos visto que en un muy corto espacio de tiempo han decidido instalarse en Aragón dos gigantes tecnológicos como son Microsoft y Amazon. ¿Es simplemente una buena noticia o puede marcar una tendencia en los próximos años?

Obviamente que es una buena noticia, pero creo en lo segundo: cuando empresas de este tamaño deciden que se implantan en Aragón, lo hacen después de haber analizado el mundo palmo a palmo. Tenemos que aprovechar esta circunstancia y que vengan más.

En ese sentido, se está trabajando mucho en la atracción de inversiones. No obstante, como indica la vicepresidenta Mar Vaquero, sin descuidar a las empresas que ya están aquí.

En cuanto a la economía de los hogares, una de las cuestiones más preocupantes, además de la inflación, que se ha visto reducida en el último dato hasta el 2,5%, es la subida de tipos de interés. ¿Considera van a tender a reducirse o vamos a vivir un tiempo largo de tipos altos?

Las familias están sufriendo estas cuestiones con contundencia. La subida de tipos ha sido histórica: jamás lo habían hecho con esta rapidez. Probablemente la situación anómala ya era la que teníamos en los últimos años, con tipos de interés negativos. El sentido común dice que eso no es normal.

El BCE ha decidido subirlos con el objetivo de parar la inflación y, como ha dicho, ya estamos viendo que en Aragón está en el 2,5%, en España en el 3,5%, o en el 4,4% si miramos la inflación que más nos interesa a las familias, que es la subyacente.

El objetivo del Banco Central Europeo es que ese 2,5% esté en el 2%, por lo que todavía queda recorrido. Las bajadas, al igual que las subidas, nunca son lineales, si bien parece que se va controlando. Pero el BCE no va a despitarse ni se va a dejar llevar porque en unos pocos meses la inflación vaya aminorándose.

Yo creo que el escenario que tenemos que barajar es que estos tipos altos los vamos a tener más tiempo del que inicalmente teníamos previsto. Probablemente no los veremos más altos, pero sí tenemos que ser conscientes de que se prolongarán.

¿Y qué puede hacerse a nivel autonómico en esta situación?

Nosotros no podemos controlar los tipos de interés, pero sí plantear medidas para ayudar a familias y empresas que tengan dificultades por este motivo. Tenemos muchas fórmulas de trabajo como SODIAR o AVALIA y les estamos dando una vuelta para que, si hay dificultades de crédito, haya herramientas para ayudar.

¿Qué retos se marca para la legislatura?

Todavía seguimos preguntando a los distintos actores e informándonos, pero creo que tenemos que ayudar para que este contexto económico de cierta desaceleración pase lo mejor posible. Como decía, la internacionalización es algo que nos puede ayudar. Otra de las líneas que debemos trabajar es la competitividad, no como concepto aislado, sino un compendio de cuestiones que hacen que las empresas vayan mejor, se cuide el mercado laboral y los ciudadanos tengan unas mejores condiciones de vida.