Los datos son demoledores: mientras que en la capital aragonesa la población se ha mantenido prácticamente estancada en los últimos 10 años, los municipios en torno a Zaragoza han crecido a buen ritmo, en muchos casos a doble dígito, muy especialmente en la zona sur. Este fenómeno, que también se ha producido en otras ciudades, tiene explicación, y no parece que vaya a frenarse en los próximos años.
En concreto, según los datos demográficos del INE, Zaragoza ha pasado en 10 años de 666.058 a 682.513 habitantes, es decir, ha crecido un 2%. Todos los municipios circundantes a la capital, sin excepción, han crecido más y, muchos de ellos, de forma muy significativa.
La palma se la llevan los municipios del sur. Cuarte de Huerva ha pasado en ese mismo periodo de los 11.589 a los 14.701 habitantes, es decir, un 27% más. Exactamente en la misma proporción ha crecido Cadrete, pasando de 3.538 a 4.486 habitantes. Por su parte, María de Huerva ha ganado un 18% de ciudadanos, desde los 5.259 de 2014 a los 6.335 en la actualidad.
También significativo ha sido el crecimiento en los municipios inmediatamente al este de Zaragoza. La Puebla de Alfindén ha pasado en 10 años de los 5.864 a 6.414, es decir, un 9% más. A un ritmo similar ha crecido Alfajarín, concretamente un 8%, de los 2.250 a los 2.439 empadronados.
Por su parte, los municipios al norte y al oeste han tenido aumentos poblaciones más discretos, pero no obstante superiores en proporción a los de Zaragoza. Villanueva de Gállego ha pasado de 4.616 a 4.806 habitantes, es decir, un 4% más. Por su parte, Utebo ha crecido un 3%, de los 18.429 a los 18.955, manteniéndose como el municipio más grande del enorno de la capital.
MÁS SUELOS, MEJORES PRECIOS Y CONFORT
Entre los factores que influyen para que se dé esté fenómeno, como explica Miguel Ángel Gómez Rando, director general de CBRE Zaragoza, están la mayor abundancia de suelos o el precio de la vivienda, en comparativa más económica en dichos municipios que en la capital.
Asimismo, «sobre todo desde la pandemia, los ciudadanos valoran que la vivienda tenga mayores espacios y en estas poblaciones hay una mayor oferta de obra nueva en formato de adosados«, explica. A ello se unen factores como la facilidad de aparcamiento.
No obstante, esto último puede ser en los próximos tiempos un arma de doble filo, como explica el especialista inmobiliario: «la llegada de las zonas de bajas emisiones, sumado a un parque automovilístico envejecido, puede provocar que muchos ciudadanos se planteen la viabilidad de vivir en zonas alejadas». Por ello, Gómez Rando aboga por una mejora del transporte público en estos municipios, con soluciones como el Cercanías, poniendo el acento en unas frecuencias adecuadas que permitan los desplazamientos en condiciones razonables.
Y, por encima de todo, Gómez Rando recuerda el contexto en el que se encuentra Zaragoza, «con un área metropolitana todavía muy limitada, e incomparable a ciudades como Sevilla«.