En la búsqueda por posicionarse como epicentro de la industria europea de centros de datos, España se enfrenta a desafíos que podrían obstaculizar sus ambiciones, pero también cuenta con factores a favor que podrían impulsar su ascenso en este sector en pleno auge.
Dos obstáculos críticos se presentan en contra de las aspiraciones españolas: el suministro de energía y la burocracia. El aumento previsto del consumo de energía de los centros de datos de la Unión Europea plantea desafíos considerables, mientras que la simplificación de procesos y trámites administrativos se revela como un requisito crucial. La eficiencia energética y la agilidad en los procedimientos regulatorios se erigen como pilares esenciales para el éxito.
El suministro eléctrico se perfila como una preocupación, especialmente ante la necesidad de una red robusta para hacer frente al crecimiento proyectado. La patronal española de centros de datos, Spain DC, aspira a ser climáticamente neutral para 2030, pero la capacidad de mantener este compromiso depende en gran medida de garantizar un suministro eléctrico estable y sustentable.
La burocracia también emerge como un desafío, ya que la falta de agilidad en los permisos y la expansión de las redes eléctricas limitadas por ley podrían poner en peligro la materialización de inversiones y proyectos.
A pesar de estos desafíos, España cuenta con factores favorables que podrían inclinar la balanza a su favor. Su posición estratégica, respaldada por el cable submarino Marea que conecta Estados Unidos con España, posiciona al país como una puerta de entrada clave para el tráfico de datos entre continentes.
La capacidad instalada en centros de datos en Madrid ha experimentado un aumento significativo, superando a otros centros neurálgicos europeos como Frankfurt o Londres. Además, la extensa red de fibra óptica de España, la más grande de Europa, y la creciente capacidad de generación de energías renovables refuerzan su atractivo como destino para grandes centros de datos.
El tiempo revelará si España logra superar los desafíos planteados por la energía y la burocracia para convertirse en el hub europeo de los centros de datos. Mientras tanto, la competencia por este título en una de las industrias más prometedoras del mundo sigue siendo intensa.