Pronosticar el tiempo a corto y medio plazo siempre ha sido un desafío para los meteorólogos, quienes enfrentan un alto margen de error, especialmente al anticipar eventos varios días en el futuro. La tormenta Filomena, que sorprendió a muchos con su intensidad, es un recordatorio de la imprevisibilidad del clima.

En la actualidad, los estudios meteorológicos son cada vez más precisos, y las predicciones se vuelven más fiables. Sin embargo, según Meteored, comparar fenómenos climáticos actuales con situaciones históricas presenta desafíos considerables. La posibilidad de que se desate «el mayor temporal de nieve de los últimos 145 años» ha generado alerta, pero los científicos advierten sobre la complejidad de confirmar o descartar esta premisa.

Los modelos a largo plazo sugieren un invierno seco y frío, aunque Meteored señala la posibilidad de cambios en enero, con intercambios de flujos de aire templados y húmedos. Aunque no descartan nevadas considerables, enfatizan que es demasiado pronto para confirmar el pronóstico alarmante.

Jorge Rey, un apasionado de la meteorología, ha planteado la posibilidad de que estemos enfrentando «el invierno más frío del siglo XXI». Al observar las condiciones en Europa, con imágenes impactantes de nevadas en Moscú, Berlín y otras ciudades, Rey destaca la ausencia de fenómenos similares en España hasta el momento.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé lluvias débiles y un descenso de las temperaturas máximas.

Aunque la incertidumbre persiste, la atención se centra en la posibilidad de un invierno excepcional que desafíe las expectativas y marque un hito en la historia climática. La precaución y la observación atenta son clave en momentos de predicciones climáticas inciertas.