España se encuentra en una encrucijada medioambiental, enfrentando uno de los mayores retos de la actualidad: la degradación del suelo y su proceso de desertificación.

Este fenómeno, que no solo afecta a la península ibérica sino también a dos tercios del planeta, es resaltado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el cual alerta sobre la desaparición anual de más de 24.000 millones de toneladas de suelo fértil a nivel mundial.

Con el 75% del territorio de España luchando contra condiciones climáticas propicias para la desertificación, se erige como la nación europea más amenazada por este problema. La sobreexplotación de acuíferos, el crecimiento insostenible del regadío y la intensificación de las sequías, como la vivida estas semanas en zonas críticas de Cataluña, son solo algunas de las causas detrás de este fenómeno.

Según WWF, más de 9 millones de hectáreas en España ya están en riesgo alto o muy alto de desertificación, principalmente en el sur, en comunidades como Murcia y provincias como Almería, y en los archipiélagos canarios.

LA DESERTIFICACIÓN DE ESPAÑA AUMENTA

La importancia del suelo va más allá de ser simplemente la capa superficial de la Tierra. Es un recurso crucial para la seguridad alimentaria, la biodiversidad y la regulación del clima. No obstante, su restauración es un proceso lento y laborioso, con un suelo degradado requiriendo hasta mil años para recuperar apenas unos centímetros de su estructura.

Según la FAO, actualmente, el 52% del suelo global se encuentra degradado, una cifra que podría aumentar hasta el 90% para 2050, augurando una crisis alimentaria de proporciones inimaginables.

En este contexto, la Unión Europea ha tomado cartas en el asunto con el lanzamiento del Pacto Verde Europeo, buscando avanzar hacia una sociedad climáticamente neutra. La Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030 es parte de este esfuerzo, enfocándose en proteger y recuperar los ecosistemas terrestres como uno de sus pilares fundamentales, con especial atención en la lucha contra la desertificación.

ESPAÑA: ¿UN FUTURO DESIERTO?

Ante esta situación crítica, figuras influyentes como Sadhguru han emprendido misiones para concienciar sobre la crisis del suelo a nivel global, a través de iniciativas como «Salvemos el Suelo» (Save Soil), buscando inspirar cambios en las políticas para la salud del suelo. Asimismo, las condiciones actuales de los suelos españoles, comparables a las de zonas desérticas como el Sáhara, ponen de manifiesto la urgencia de actuar.

La desertificación no solo amenaza la producción de alimentos y el equilibrio ecológico, sino que también incrementa el riesgo de eventos meteorológicos extremos, como inundaciones y tormentas.