Las canas son una parte natural del proceso de envejecimiento, es una consecuencia del paso del tiempo, aunque diversos factores pueden adelantar su llegada. Entre estos factores se incluyen predisposiciones genéticas, estrés crónico, deficiencias en la alimentación, tabaquismo, falta de higiene capilar adecuada y el exceso de uso de secadores, tintes y productos químicos que dañan el cuero cabelludo.

Son el resultado de la disminución gradual de la producción de melanina en los folículos pilosos, lo que causa que el cabello pierda su color y se vuelva gris o blanco. Consecuentemente, los nuevos cabellos que crecen carecen de pigmento debido a la inactividad de las células madre en la base de los folículos pilosos.

Según Robert H. Shmerling, jefe clínico de la división de reumatología en el Centro Médico Beth Israel Deaconess y profesor en la Facultad de Medicina de Harvard, las canas surgen a medida que los folículos pilosos envejecen, marcando la disminución de la producción de color. Cada cabello nuevo crece gradualmente con menos intensidad de color. Esta información se encuentra en Harvard Health Publishing. En cuanto a las emociones que afectan nuestro estado (como el estrés, la ansiedad o la angustia), si bien no frenan directamente la aparición de canas, tampoco la impulsan. Sin embargo, es cierto que pueden acelerar la caída del cabello, como afirma Shmerling. Por lo tanto, dejar a un lado el estrés puede contribuir a que, cuando nazca un cabello nuevo, tenga la oportunidad de recuperar su color natural.