Una Negligencia Médica o una mala praxis médica, se origina cuando el equipo sanitario o profesional encargado de atender a una persona, ya sea en un hospital, centro de salud, tanto público como privado, no actúa con el cuidado exigido por las prácticas marcadas en su profesión.
Toda Negligencia Médica implica un error por parte del médico, ya sea por falta de conocimiento o debido a una dejadez a la hora de mantener la atención, originando un daño al paciente.

La Negligencia Médica provoca una ruptura en la confianza entre el profesional y el paciente, situación que perjudica de manera considerable al paciente.

Es cierto que en algunas ocasiones no existe duda de que se ha producido negligencia médica como cuando se ha olvidado material quirúrgico en el interior del paciente tras realizar una intervención.
En otras situaciones se deberá de realizar un análisis detallado de la situación, y es que no puede decirse que se ha cometido negligencia médica en aquellos daños que no pueden prevenirse o evitarse.

Entre las Negligencias Médicas más frecuentes que se hallan reconocidas por los tribunales, con obligación de indemnizar se encuentran:

LA IMPERICIA:
El profesional médico por el que un paciente es atendido, posee escasos conocimientos para la interpretación de los signos y síntomas que padece el paciente, no pudiendo hacer un buen diagnóstico de la situación dando lugar a daños o lesiones, las cuales se pueden reclamar.

LA IMPRUDENCIA:
Cuando el profesional confía demasiado en que el cuadro clínico del paciente no tiene la importancia que realmente tiene, no tomando las medidas preventivas precisas ante las posibles complicaciones que pueda llegar a tener.

ERROR EN LA INTERVENCIÓN QUIRÚGICA:
El paciente es consciente de los riesgos que toda operación o intervención conlleva, riesgos que deben de asumirse si la operación llega a realizarse.
Otro motivo bien diferente es que el equipo que realiza la operación provoque daños o lesiones durante la intervención, o que dejen instrumental quirúrgico en el interior del paciente, etc.

ERROR EN EL DIAGNÓSTICO:
Un error en el diagnóstico por falta de medios, puede llegar a ocasionar un desenlace muy grave. Si además se retrasa el hacer las pruebas necesarias para saber lo que se tiene no pudiendo aplicar el tratamiento preciso provocando daños o secuelas, también se está hablando de negligencia médica.

PRESCRIPCIÓN DE MEDICAMENTO EQUIVOCADOS.
El recetar medicamentos equivocados puede hacer que la situación empeore, provocando graves daños. En tal situación se podría reclamar.

FALTA DE CONSENTIMIENTO INFORMADO.
Ante cualquier tratamiento el paciente debe de ser debidamente informado de los riesgos que conlleva, incluso por un simple resfriado.
En ocasiones el facultativo hace firmar una hoja al paciente con toda la información ofrecida, para posibles reclamaciones.

ERROR EN CIRUGÍA ESTÉTICA:
Es donde más Negligencias Médicas se producen, debido a la existencia de las llamadas “falsas clínicas” con personal que no dispone ni de la titulación ni formación precisa y se dedica a realizar intervenciones.

INFECCIONES HOSPITALARIAS, INTRAHOSPITALARIAS O NOSOCOMIALES:
Este tipo de infecciones son las que se contraen en el propio hospital debido a la utilización de material indebidamente esterilizado, pudiendo transmitir algún tipo de enfermedad o infección.
Este tipo de infección es contraída principalmente en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), siendo las más destacables la neumonía asociada a ventilación mecánica (NAV).
El coger un catarro por bajas defensas del paciente, o por el aire acondicionado no sería Negligencia Médica, no pudiéndose reclamar.

TRANSMISIÓN DE ENFERMEDADES INFECCIOSAS POR TRANSFUSIÓN:
Se podría solicitar una indemnización por daños en el supuesto caso de que al hacer una transfusión de sangre o una donación de plasma, al paciente se le transmitiese algún tipo de enfermedad de la persona donante.

LESIONES SUFRIDAS EN EL PARTO:
Este tipo de Negligencia abarca tanto las sufridas por la madre como las que pueden afectar al bebé.

Ante una sospecha de Negligencia Médica, lo primero que debe de hacerse es solicitar la asistencia letrada. Debe de saber que el proceso de reclamación no resulta nada sencillo, por lo que es aconsejable ponerse en manos de un buen especialista como por ejemplo un abogado de negligencias médicas en Madrid, un abogado de negligencias médicas en Valencia o un abogado de negligencias médicas en Barcelona.

Una vez que el letrado reciba el encargo, deberá de realizar un estudio de viabilidad solicitando:
– Todos los documentos de interés como el historial médico, recetas, parte de baja, etc., toda la documentación relativa al asunto que puede solicitarse al centro de salud.
– La opinión de un perito médico de confianza, para determinar si ha existido o no una mala praxis.

Si el paciente ha fallecido a causa de la Negligencia Médica, serán sus allegados o familiares los que deberán de promover la acción oportuna.
En caso de no haber fallecido, el paciente se someterá a un examen por parte del perito, reuniendo la documentación necesaria que servirá al letrado para llevar a cabo la demanda.

Existen tres vías, por las que el abogado determinará cual seguir:
Responsabilidad Civil: Su objetivo es conseguir la correspondiente indemnización, incluyendo los conceptos de lesiones y daños morales.
Responsabilidad Patrimonial: Se trata de la versión pública de la responsabilidad civil, se reclama frente al orden contencioso-administrativo por negligencias que han ocurrido en centros públicos.
Responsabilidad Penal: Se da en casos muy extremos, buscando el cese del personal facultativo. En ocasiones suelen solicitarse importantes multas o penas de prisión.

Ante cualquier situación de Negligencia Médica, lo mejor es ponerse de inmediato en manos de un buen abogado, ya que conviene actuar lo más rápido posible, evitando problemas con los plazos de prescripción una vez comenzadas las actuaciones judiciales.

Una vez finalizado el juicio, el centro médico debe de cumplir la condena e indemnizar sus derechos.