«Recuerdo que me tiró a la cama; le di una patada en la cadera pero él me dio un puñetazo en la parte superior de la pierna derecha. Después note que me agarraba inmovilizándome en la cama y me dio una bofetada en la cara».
Es parte de la declaración de María, que así llamaremos a esta joven zaragozana de 23 años, en la ampliación de la denuncia a la que ha tenido acceso HOY ARAGÓN y que efectuó acompañada por sus padres ante los responsables de investigación de la UFAM, la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer de la Policía Nacional y que se encarga de los delitos de índole sexual.
Un chico alto, fuerte, musculado, con un tatuaje en el hombro y en el pecho del lado derecho. Así describe María a su presunto agresor, al que denuncia por agresión sexual. Los hechos tuvieron lugar el fin de semana del 14 al 16 de junio en Santander.
Allí tenía lugar una convención de la inmobiliaria Tecnocasa, que invitaba a los trabajadores de las franquicias a una convención en la capital cántabra. Después de cenar se fue con unos compañeros a un pub a tomar algo. Reconoce que no bebe alcohol pero que esa noche hizo una pequeña excepción y tomó tan solo una copa de ron con Coca cola.
En su declaración dice que eso sucedió en torno a la una y que ya no recuerda más hasta las ocho de la mañana aproximadamente en su habitación, que oyó como se cerraba la puerta y antes como una persona salía de la misma.
A partir de aquí, empezó a tener la certeza de que algo malo le había pasado. Estaba desnuda en la cama cuando ella siempre duerme con pijama. Tenía dolor vaginal, marcas en las muñecas y un moratón en el interior del muslo derecho.
Contó a los investigadores de la Policía Nacional que se duchó, bajó a desayunar y no contó a nadie lo sucedido al sentirse confundida. Si que fue a recepción a preguntar si llegó sola al hotel y le contaron que lo hizo acompañada de un hombre.
Al preguntar esa tarde a algunos compañeros, explicó que no encontró explicaciones convincentes y que uno de ellos dijo que la vio salir del pub «en perfectas condiciones». El domingo se hizo un test de drogas dando positivo en cocaína y benzodiacepinas y ella, cuenta, nunca ha consumido drogas.
DESPEDIDA Y BAJO TRATAMIENTO MÉDICO
A partir de aquí, la denuncia a la Policía Nacional y la decisión, por el momento, por parte de un juez de Santander, de fijar una orden de alejamiento a su presunto agresor de 200 metros. Un hombre, al parecer compañero de trabajo de la víctima a quien la policía ya habría identificado.
La joven, además , a través de un equipo de abogados formado por Sergio Atarés, Alejandro Giménez Planas y Vanesa Fernández Vila, ha demandado a la empresa por despido improcedente, ya que, según ha explicado, al contar lo sucedido en Santander sus superiores decidieron cerrar la franquicia en la que trabajaba.
Por su parte, el gerente de la franquicia de Tecnocasa donde trabajaba la joven aseguró que el despido no guardaba ninguna relación con la denuncia. La conocida empresa inmobiliaria se ha limitado a publicar un comunicado en el que dicen que su política es de «tolerancia cero con cualquier tipo de violencia, abuso o acoso, ya sea sexual, o cualquier tipo de agresión o discriminación».
Además, cuentan que han abierto un expediente informativo interno con el fin de determinar cuál ha sido la actuación realizada desde la franquicia implicada. La joven zaragozana denunciante, ahora bajo tratamiento médico, era muy valorada en su trabajo ya que había ascendido a responsable de un equipo de comerciales muy rápidamente tras incorporarse a una de las franquicias en Zaragoza. Era su primer trabajo, que compaginaba con el estudio de dos carreras en Zaragoza.