En España, mantener las luces del vehículo en buen estado es esencial no solo para superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) sino también para evitar multas significativas. Un componente crítico de este sistema son los faros, cuya limpieza y mantenimiento pueden realizarse fácilmente con elementos cotidianos.

Se recomienda pulir los faros utilizando limón y bicarbonato, dos ingredientes comunes en cualquier hogar. La mezcla de jugo de limón y bicarbonato aplicada con un trapo o esponja puede ser muy efectiva. Alternativamente, algunos usuarios prefieren frotar directamente el faro con medio limón cubierto de bicarbonato, aunque esto puede dejar residuos.

Además del limón y bicarbonato, existen otros métodos caseros como la combinación de vinagre y bicarbonato. Una opción popular en redes sociales es el uso de pasta de dientes, que se aplica sobre el faro y se retira con un paño húmedo, seguido de un secado con un trapo seco. Para aquellos que prefieren soluciones comerciales, hay productos específicos para pulir faros disponibles en el mercado.

Conducir con luces fundidas no solo reduce la visibilidad en carretera, sino que también puede resultar en una multa de 200 euros por parte de la Guardia Civil.

Esta sanción se aplica independientemente del tipo de luz dañada, ya sean luces de freno, intermitentes, luces de posición o la luz de la matrícula. Además, no implica la retirada de puntos.

Es vital revisar periódicamente las luces del vehículo para evitar sorpresas desagradables y futuras sanciones. Una correcta revisión y mantenimiento no solo garantizan el cumplimiento de las normativas sino que también contribuyen a una conducción segura.