La Inteligencia Artificial (IA) ha revolucionado muchas áreas, y el doblaje de voz es una de ellas. La tecnología Rask, desarrollada por la empresa Brask, es un claro ejemplo de cómo la IA puede ser utilizada para transformar la industria del doblaje y la producción audiovisual en general.

Para quien no la conozca, Rask es una herramienta de IA especializada en el doblaje y localización de video. Puede tomar un video en un idioma y doblarlo en hasta 60 idiomas diferentes. Brask es la compañía detrás de esta tecnología. Está dirigida por Maria Chmir y se centra en proporcionar soluciones de doblaje para la industria del entretenimiento y para creadores de contenido individuales.

«Trabajamos con ambas partes del mercado», explicó Chmir en una entrevista con Bloomberg. “No sólo actores de primera fila, famosos, sino también sus suplentes. Porque, como sabe, ahora mismo es imposible sustituir el carisma de un ser humano. Por eso necesitamos trabajar con suplentes, y es una historia en la que ambas partes salen ganando».

Para acceder a su aplicación principal, solo basta agregar los datos personales, buscar el video que necesite la traducción y listo: se abre una opción enorme de hasta 60 lenguas distintas como herramientas.

Rask no solo está destinado a doblar voces de celebridades sino también a suplentes y otros actores. La empresa considera que la tecnología complementa a los actores, en lugar de reemplazarlos. Además de la localización y doblaje, Rask también tiene la capacidad de crear deepfakes. Es decir, mezclar voces y rostros cuya realidad es falsa, porque nunca ha existido. Esto ha levantado preocupaciones éticas y legales, especialmente con respecto al uso indebido de la tecnología.

Existen preocupaciones válidas relacionadas con esta tecnología, especialmente en lo que respecta a la sustitución de actores de doblaje humanos, el uso de voces de celebridades fallecidas y el potencial mal uso de la tecnología para fines delictivos.

Por ejemplo, los vídeos virales de Belen Esteban hablando en inglés, cuando no sabe ni tres palabras seguidas. O la traducción a otro idioma a personajes como el Fary, que incluso en inglés parece el exprimer ministro británico Winston Churchill. Además, hay más complejidades: devolver a la actualidad discursos falsos de personas fallecidas o poner palabras en boca de gente que no ha dicho tal cosa. Otro de los usos que se están empezando a ver es la traducción de discursos políticos de dictadores o populistas de principios del siglo XX.

Para abordar algunas de estas preocupaciones, Brask busca obtener el consentimiento de los familiares de las celebridades fallecidas antes de usar su voz. Además, la empresa reconoce la importancia del etiquetado, para informar a los usuarios cuando se ha utilizado la tecnología generativa.