Junto a la Basílica del Pilar y la Seo del Salvador, el Palacio de la Aljafería es uno de los principales monumentos de Zaragoza. Además de ser sede de las Cortes de Aragón, este palacio esconde múltiples tesoros, desde los arcos o la mezquita del patio de Santa Isabel a la Torre del Trovador o el salón del trono de la época de los Reyes Católicos.

Y como todos los grandes monumentos, el palacio tiene sus propias leyendas y misterios. El primero, sobre su construcción. Si acueductos, puentes y arcos de todo el país cuentan con leyendas que suelen asociar su origen con la magia o incluso con pactos con el diablo, la Aljafería no se escapa de ese origen legendario.

LA LEYENDA DEL ORIGEN DE LA ALJAFERÍA

Porque aunque la historia cuenta que el palacio fue construido en el siglo XI por iniciativa de Al-Muqtadir, hay una leyenda que proporciona al palacio de la alegría un origen mágico. Según esta leyenda, en el alcázar de la Zuda de la Saraqusta musulmana vivía el príncipe musulmán Ben Aljafe. Mientras paseaba una noche por La Almozara junto a la orilla del Ebro, el príncipe deseó tener un hermoso palacio repleto de lujos y mármoles que fuera la envidia de todo el mundo.

El palacio islámico fue creado por el Ebro / Turismo de Aragón

Entonces, apareció un anciano junto al río. Pero no era un anciano cualquiera, era el padre Ebro, un dios acuático al más puro estilo de Neptuno. El Ebro le prometió que le construiría el palacio con el que soñaba, a cambio de que el príncipe le entregara a su mujer favorita.

El príncipe quedó dormido, y al día siguiente, se despertó en las habitaciones del Palacio de la Aljafería. El Ebro había cumplido su palabra, y esa mismo día reclamó su pago. La leyenda cuenta que esa noche, una hermosa joven desapareció tragada por las aguas del Ebro.

LOS FANTASMAS DEL PALACIO

Como en cualquier palacio o castillo que se precie, en la Aljafería también hay fantasmas. Dos, concretamente. El primero de ellos se dice que habita en la torre del Trovador. Esta torre que inspiró la ópera de Verdi, ha sido muchas cosas desde su construcción. Entre ellas, cárcel de la Inquisición. Según la leyenda, uno de los presos murió en este lugar a causa de las torturas que sufrió durante el interrogatorio.

El torturado era un judío al que se acusaba de los peores crímenes. Cuenta la leyenda que a pesar del sufrimiento por el terrible tormento, el preso murió riéndose y sin remordimiento alguno por sus supuestos crímenes. Desde entonces, dicen que su fantasma vaga por los pasillos de palacio cargado con las cadenas que portaba cuando murió a manos de la Inquisición. Y así estará hasta que encuentre a alguien más pecador que él.

El segunda fantasma es el espíritu una mujer. Este fantasma va vestida de novia, y lleva en el cuello un collar de perlas con el que cuenta la leyenda que fue asesinada por su marido al enterarse de que había sido engañado. Y es conocido por múltiples nombres, como «la novia de blanco», la mujer de las perlas» o «la dama fantasmal del collar perlado».

Parece ser que esta mujer había fingido ser virgen antes de casarse, pero en la noche de bodas, el marido pudo comprobar que ya no era doncella, por lo que estranguló a la novia con el collar de perlas que llevaba al cuello, regalo de su amante. Justo antes de morir, la novia se encomendó a la Virgen María, quien la rescató de las garras del demonio a cambio de que tuviera que vagar por la Aljafería para purgar sus pecados.

En este punto, hay diferentes versiones. Hay que afirman que se aparece por distintas partes del palacio, especialmente cerca del actual restaurante, y que cuando se aparece, uno de los que la han visto, muere en las 24 horas siguientes. Al aparecerse, a esa persona le da tiempo a arrepentirse de sus pecados y salvar su alma.

También hay variantes que afirman la fantasma de la dama del collar se aparece para anunciar alguna noticia grave para la ciudad, y que entonces, acude a la Seo para rezar y pedir protección ante los males que se avecinan. Se afirma que la última vez fue en los Sitios de Zaragoza, cuando se apareció a unos soldados franceses.

LA LEYENDA DEL TROVADOR

El punto más alto es la Torre del Trovador, una torre que recibe su nombre a causa de una historia de amor que acabó en drama. Los protagonistas son Doña Leonor y el trovador Don Manrique de Lara, y son dos personajes que fueron creados por Antonio García Gutiérrez para una obra teatral en el siglo XIX, aunque mucha gente piensa que es una historia que pasó de verdad. O al menos, que es una leyenda que hunde sus raíces en la época medieval.

Según esta historia, el señor don Lope ordenó quemar en la hoguera a una hechicera llamada Estrella. Su hija Azucena, se quiso vengar, y lanzó al que pensaba que era hijo de don Lope al fuego. Pero en realidad, era su propio hijo. Entonces, se quedó con el hijo de don Lope, cuidándolo como si fuera su propio hijo.

Cuando este crece, es caballero y trovador, y en unas justas que se celebran en la Aljafería, se enamora perdidamente de Leonor, que a su vez, estaba enamorada de Antonio, el otro hijo de Don Lope. Finalmente, Leonor eligió a Manrique, y Antonio, por celos, encerró a la joven en un convento.

Manrique raptó a Leonor, y huyeron juntos viviendo felices hasta que el trovador fue apresado y encerrado en la torre de la Aljafería, donde fue condenado a muerte y ejecutado. La vieja gitana le contó a Antonio que a quien había mandado matar era en realidad su hermano, por lo que murió atormentado por la culpa. Y doña Leonor no acabó mucho mejor, ya que se suicidó presa de la desesperación y la tristeza.

Esta trama sirvió de inspiración para la ópera de Il Trovatore de Giuseppe Verdi. Este compositor romántico, famoso por crear óperas como La Traviata, Rigoletto, o Aida, estrenó la obra inspirada en la Aljafería en el teatro Apollo de Roma en 1853.