Lo que iban a ser unas obras de sustitución de redes y pavimento en una zona de Calatayud se ha convertido en un Centro de Interpretación de la Judería. El hallazgo de una antigua bodega medieval en el subsuelo de la plaza del barrio de la Consolación ha dado vida a un museo en el que ahora se da a conocer el legado judío y que persigue ser referente cultural y turístico de la localidad.

El espacio se ha abierto este fin de semana y los visitantes han podido conocerlo a través de unas jornadas de puertas abiertas que se han hecho coincidir con las fiestas del barrio de Consolación y con el Día Internacional de los Museos. El departamento de Turismo va a organizar un programa de visitas guiadas en las próximas semanas para conocer la judería bilbilitana, sus principales elementos, la ermita de Consolación, la red de miradores y el recinto amurallado de la Torre Mocha.

Quienes pasen por este nuevo museo podrán ver una serie de paneles interpretativos que también estarán en las calles del barrio, así como una gran maqueta de esa parte Calatayud. En los citados paneles se narra cómo era la judería, sus límites físicos, su historia, sus casas, su forma de vida, las sinagogas o la religión hebrea, entre otros contenidos. También se ha incorporado un discurso especialmente dedicado a los niños, con descripciones adaptadas a su edad, para que se inicien en el conocimiento de esta parte de su historia y cultura.

El equipamiento elegido es sencillo porque, según informan desde el Ayuntamiento, se ha pensado como complemento a las explicaciones de los guías y como punto de partida. A partir del centro de interpretación se invita a recorrer las callejuelas de esta parte alta de Calatayud, que estuvo fortificada y rodeada por tres castillos de los cinco que se conservan del Conjunto Fortificado Islámico, el más antiguo de la península ibérica de época islámica. Son los de Doña Martina, la Torre Mocha y el de La Peña.

LA SEGUNDA JUDERÍA MÁS IMPORTANTE DE ARAGÓN

La Judería de Calatayud fue la segunda más importante de Aragón, después de la de Zaragoza. Aunque apenas quedan restos de su relevancia en el trazado urbano de esa zona de la capital bilbilitana, sí existe mucha documentación que explica cómo era el día a día de los judíos, sus casas, sus tradiciones, su religión, o quiénes fueron algunos de sus vecinos más ilustres en diferentes campos.

Para poner este pasado en valor, el Ayuntamiento de Calatayud no ha dudado en apostar por la recuperación de esta antigua bodega para convertirla en museo. “Era una oportunidad para explicar y divulgar la judería, que llegó a contar con 800 personas en 190 casas y con al menos siete sinagogas que han sido documentadas, aunque sólo se conservan restos de dos. Son la Sinagoga Mayor renovada por completo y actual ermita de Consolación, y la de Tejedores o Menor, dentro de una propiedad privada y muy transformada”, explica el concejal José Manuel Gimeno.

A partir del siglo XIII la judería estaba completamente cerrada y se accedía a ella a través de cuatro puertas. Las casas privadas que había en ella no eran muy espaciosas y mostraban notables diferencias entre las familias acomodadas y las más humildes. Era común que hubiera plazoletas comunitarias a las que daban varias casas y solían tener bodegas y pozo. El núcleo de la vida medieval de los judíos lo marcaba la Torah, que regulaba desde la alimentación y la actividad social hasta la organización económica y política. De ahí que la sinagoga, y el rabino como guía espiritual, fueran los pilares fundamentales de esta comunidad.

Para hacer de esta antigua bodega un museo, se han invertido 189.000 euros, contando con financiación europea EDUSI. La rehabilitación la ha llevado a cabo la empresa local Construcción Blas Montañés, según el estudio y proyecto del arquitecto Pedro Iglesias. El centro de interpretación está a cinco metros de profundidad sobre el nivel de la plaza y cuenta con un espacio de uno 50 metros. Para facilitar el acceso, se ha dotado a la construcción de una rampa escalera para acceder a la zona baja. Desde la bodega continúan otros túneles de la misma época.

Desde el Ayuntamiento se quiere remarcar que este centro de interpretación no sería una realidad si los propietarios de la bodega, la familia Aguilar Pérez, no la hubieran donado a la administración local. En la inauguración de este fin de semana, el alcalde José Manuel Aranda, les daba las gracias en nombre de Calatayud. También aprovechaba para reconocer y agradecer la paciencia de los vecinos de Consolación, que desde su hallazgo hasta su apertura han soportado las molestias de las obras.