Nos dirigimos hacia la comarca de Daroca para visitar uno de esos pueblos que forman parte de la España Vaciada. En Zaragoza existen casi 300 municipios (294, para ser exactos), y alrededor de 80 de ellos tienen menos de 100 habitantes. La mayoría han sufrido un éxodo a mediados del siglo pasado, cuando sus habitantes se trasladaron a poblaciones más grandes en busca de nuevas oportunidades laborales, dejando atrás el campo.

El pueblo más pequeño de Zaragoza, Balconchán, cuenta este año con 17 personas empadronadas, una menos que el año pasado, pero sorprenderá al viajero por la infinidad de encantos que atesora dentro de sus poco más de 19 kilómetros cuadrados. Situado a unos 94 kilómetros de Zaragoza, se esconde en la comarca de Daroca, a los pies del cerro de San Quílez, en la denominada Sierra de Santa Cruz. ¿Nos acompañas a descubrirlo?

LA LLEGADA A BALCONCHÁN

A unos 6 kilómetros de Daroca, tomamos una carretera vecinal que nos lleva hasta Balconchán. Justo antes de entrar en el pueblo, nos da la bienvenida el peirón de San Pascual Bailón. Este monolito, junto con otros que se pueden contemplar tanto en el pueblo como en muchos municipios de las inmediaciones, constituye un referente monumental en Aragón.

UN PUEBLO DE POSTAL

El cartel informativo que nos da la bienvenida a Balconchán señala que estamos en el Campo de Daroca y destaca como puntos de interés la iglesia de Nuestra Señora del Rosario y su retablo renacentista. Llama poderosamente la atención lo arreglado que está el pueblo y su buen estado de conservación. Lejos de parecerse a otros pueblos de la España Vaciada, Balconchán parece sacado de una postal, donde la calma, la tranquilidad y el sosiego se pueden acariciar con las yemas de los dedos.

EXPLORANDO BALCONCHÁN

Antes de adentrarnos en el pueblo, echamos un vistazo a los campos de cereal y frutales donde antaño había viñedos y centeno. El barranco del Concejo, con un riachuelo con apenas agua en su cauce, marca el límite con la zona más salvaje, donde carrascales y pinares crecen en tierras menos productivas y actualmente abandonadas.

Al entrar en Balconchán, un coqueto parque con mesas, bancos y flores da la bienvenida al viajero. Las casas, distribuidas a lo largo de varias calles como la calle de Arriba, calle de Abajo o calle del Pozo, sorprenden por su buen estado y sus colores, que le dan un aire de fantasía.

QUÉ VER EN EN EL PUEBLO

Entre los puntos de interés, encontramos las antiguas escuelas y la casa del maestro, un parque infantil y un parque de mayores, un merendero con barbacoa y un frontón en perfecto estado. Durante los fines de semana, estas instalaciones se llenan con aquellos que un día salieron de Balconchán pero regresan para disfrutar de la calma.

El Ayuntamiento y el club social, donde los vecinos se reúnen para celebrar, son otros puntos destacados. La iglesia de la Virgen del Rosario, una joya renacentista, sorprende con su interior colorido: un techo azul celeste y paredes amarillas que contrastan con un imponente retablo policromado del siglo XVI.

Otros rincones encantadores incluyen el peirón en honor a Santo Toribio, una ermita con importantes pinturas murales del siglo XIV, el antiguo lavadero y una fuente antigua para el ganado. La fuente Nueva, con agua fresca de propiedades mineromedicinales, es perfecta para cocer legumbres según los vecinos.

LAS FIESTAS DE BALCONCHÁN

A pesar de ser el pueblo más pequeño de Zaragoza, Balconchán siempre tiene algo que celebrar. Sus fiestas patronales se celebran el tercer domingo de mayo en honor a San Pascual Bailón, con procesión y romería. También se rinde homenaje a la Virgen del Rosario y San Roque el 15 y 16 de agosto, respectivamente, y se celebran las hogueras de San Juan. Además, hay fiestas en honor a los mayores en abril, una castañada en noviembre y una garbanzada para dar la bienvenida al invierno.

UN DESTINO QUE VALE LA PENA

Pese a tener solo 17 vecinos, Balconchán cuenta con infinidad de encantos que merecen ser descubiertos. Y, si el viajero planea una ruta por Aragón, puede organizar su visita descubriendo otros lugares con encanto gracias a “Así es Aragón”, que ofrece toda la información y recomendaciones para disfrutar de esta maravillosa comunidad con los cinco sentidos.