La enfermedad de la lengua azul sigue avanzando por Huesca. Ahora, le ha tocado el turno a varias granjas de bovino y ovino de la zona oriental de la provincia de la provincia, donde se han detectado varios animales infectados. Se trata de un nuevo foco que podría venir del detectado en Montanuy el pasado mes de agosto, que parecía haber entrado por la provincia vecina de Lérida.

Por el momento se han confirmado el contagio de cabezas de ovino y bovino de Tamarite (La Litera) y Benabarre (Ribagorza), aunque en estos momentos se están haciendo más pruebas a granjas de Monzón y Binéfar por si pudiera haber más contagios.

A raíz de esas infecciones, desde el Gobierno de Aragón explicó que se iba a obligar a vacunar al ganado ovino y vacuno, «ya que la vacunación genera defensas que impide la entrada de la enfermedad en los animales y su difusión«. Sin embargo, por un problema de disponibilidad de vacunas no se ha podido vacunar todavía a este ganado.

Al parecer, el suministro de vacunas está tardando más de lo previsto a pesar de que el Gobierno de Aragón las pidiera hace ya varias semanas. «Tanto desde el Gobierno Autonómico, como desde el MAPA se están tratando de conseguir dosis de estas vacunas, pero no se prevé que estén disponibles antes de mediados del mes de septiembre», explicaban.

Por el momento, el ganado de esta zona de Huesca está confinado.

LENGUA AZUL, UNA ENFERMEDAD QUE NO SE TRANSMITE AL SER HUMANO

La lengua azul es una enfermedad no zoonósica, es decir que no se transmite a la especie humana, originada por un virus y transmitida por un mosquito del genero culicoides que afecta a rumiantes de diferentes especies, sobre todo al ovino, causando inflamación de las mucosas, hemorragias, edemas, y llegando a causar  la muerte en determinados casos. Esta enfermedad suele aparecer con más frecuencia en verano y otoño.

Esta enfermedad, que afecta principalmente a los ganados bovino y ovino, se transmite a través de la picadura de un mosquito, no se contagia entre animales y ni se transmite ni afecta al ser humano. Su principal síntoma es la inflamación y cianosis de la lengua de los animales, de ahí el nombre de la patología.

Otros síntomas varían en función del tipo de ganado. Así, en el ovino, la Lengua Azul puede evidenciarse a través de fiebres (hasta 42o), heridas, enrojecimiento y necrosis de las mucosas de la boca, encías y paladar, cojeras o abortos, entre otros. En lo que respecta al ganado bovino, aunque estos animales no muestran síntomas, la salivación abundante, disfagia, fiebre, conjuntivitis o cojera son algunos indicios de Lengua Azul.

En caso de sospechas de enfermedad, la principal medida a tomar es la inmovilización y control de los animales en la explotación mediante el sangrado de los mismos para detectar la presencia del virus de la Lengua azul

Como medida de control, para evitar la difusión de la enfermedad, se establece una zona de restricción de cien kilómetros alrededor del foco donde se controla los movimientos de los animales para vida y matadero.

Para evitar la aparición de la enfermedad de Lengua Azul, así como su impacto tanto económico como en materia de sanidad animal, desde la Consejería de Agricultura se recomienda:

  • La vacunación de los animales
  • La desinsectación de los vehículos de transporte
  • La desinsectación de los animales hasta que se proceda a su vacunación
  • Control de movimientos tanto para vida y matadero