Por primera vez en 32 años, la pequeña localidad de La Rambla de Martin vivirá su fiesta de nuevo dentro de la estrategia de dinamizar esta localidad en la que en estos momentos solo hay un vecino censado. La historia de La Rambla se asemeja a la de tantos pueblos del Pirineo, o de muchas comarcas de Zaragoza y Teruel.

Tras siglos de vida y de tener ayuntamiento propio, el pueblo acabó completamente deshabitado. Lejos quedan los años en los que gracias a la actividad minera el pueblo llegó a superar los cien habitantes. Pero con el cierre de las minas, la vida en el pueblo se se fue apagando. En 1968 pasó de depender del ayuntamiento de Martín del Río, y en 1999, quedaron tan solo 4 habitantes.

Años después, quedaría completamente despoblado hasta que una persona decidió censarse para volver a dar vida al pueblo, explica a HOY ARAGÓN Quique Del Río, concejal de Cultura de Martín del Río. Ese fue un poco el punto de inflexión, ya que a raíz de que esa persona se censara, el ayuntamiento de Martín arregló calles, o comenzó a prestarse el servicio de basura, para alegría de las personas que vuelven al pueblo en verano o durante la Semana Santa.

Ahora, en el verano de 2024, y gracias al Ayuntamiento de Martín del Río en colaboración con la comisión de Fiestas de Martín y la ayuda de voluntarios y antiguos vecinos, La Rambla de Martin volverá a recuperar su fiesta el próximo 10 de agosto aprovechando que durante este mes son varias las familias que vuelven a sus casas en este pueblo.

A la izquierda el último cartel de la fiesta. A la derecha, el cartel de este año

La última fiesta que vivió el pueblo se celebró el 7 de agosto de 1991 en horno a San Pedro Mártir, e incluía disparo de cohetes, volteo de campanas, misa baturra, jotas, concursos de guiñotes, sesión de baile e incluso traca de fin de fiestas. ​

En la fiesta de 2024, se recuperan parte de las actividades que se celebraron entonces. Habrá torneo de guiñote y rabinos, juegos tradicionales y una actuación de La Ronda de Martín, una rondalla que toca temas de grupos como La Ronda de Boltaña, versiones de cantautores aragoneses, y también temas propios con letras relacionadas con temas como la despoblación. «Tocar temas sobre la despoblación en un pueblo que ha estado deshabitado es todo un símbolo para nosotros», explica Quique del Río.

Tampoco faltará un pequeño monólogo de un vecino del pueblo. Y para acabar la jornada de fiesta, no podía faltar sesión de música con barra, y por supuesto, comida y cena popular con lo que aporte cada vecino.

Un programa de lo más completo que ha sido posible por la colaboración del Ayuntamiento y de voluntarios tanto del propio pueblo como de Martín del Río. Como ejemplo, la creación de toldos para dar sombra a las mesas que se pondrán ha sido hecho por personas de Martín, empezando por el propio alcalde, Manolo Del Río, Khalifa (un trabajador del ayuntamiento) y tres voluntarios, Fernando, Maxi y Enrique.

Según el concejal, «los vecinos de esta pedanía están súper ilusionados con que esto ocurra porque es volver a darle vida y no dejar morir al pueblo». En el futuro, además de asentar la fiesta, se tiene como objetivo dinamizar la localidad y que sean los propios vecinos quienes mediante alguna asociación realicen actividades para dar vida al pueblo.

A la fiesta se espera que acudan unas 130 personas, entre 50 descendientes de familias que vivieron en el pueblo, otras 50 personas de Martín del Río, y visitantes de otras localidades. Entre ellas, habrá habitantes de sitios como Cuevas de Portalrubio, un pueblo cercano que también está prácticamente despoblado.