Las Guerras Carlistas fueron una secuencia de conflictos civiles iniciada en 1833 que llegó a su final en 1876 y en la que el Maestrazgo tuvo un señalado protagonismo. En esta zona de la provincia de Teruel se enfrentaron durante décadas liberales y carlistas y combatieron figuras relevantes del momento como Ramón Cabrera o el general Espartero.

Para dar a conocer este episodio histórico, ‘Maestrazgo, territorio de Guerras Carlistas’ propone volver sobre el terreno para descubrir el escenario en el que tuvieron lugar los principales enfrentamientos, recorriendo algunos de los enclaves más señalados del conflicto.

Un buen punto de partida de esta ruta por el pasado carlista del Maestrazgo es el museo dedicado a las Guerras Carlistas que hay en Cantavieja. Se encuentra en una casa del siglo XVII, en la calle principal de la localidad, por la que se llega hasta la plaza Mayor. Desde allí se propone un viaje en el tiempo para descubrir aquellas montañas que en el siglo XIX saltaron a la primera plana de la actualidad como reducto de la insurgencia carlista.

El siglo XIX fue un siglo de conflictos para los pueblos de la comarca. Así, Cantavieja se convierte en capital del carlismo y, desde sus murallas medievales, el general Cabrera fue conformando un fuerte ejército. El mito de Cabrera se extiende como la pólvora desde estas montañas y su fama de feroz combatiente hace que se le conozca como ‘El tigre del Maestrazgo’.

En el museo se pueden ver, a través de una maqueta, un episodio importante, como fue la toma de Mirambel. También hay una replica exacta de un cañón fundido en Cantavieja así como grabados de los principales fuertes e ilustraciones y caricaturas de la prensa de la época, libros de viajes y biográficos. Además, se puede visitar un centro de documentación relacionado con las guerras civiles del siglo XIX.

ALGUNOS ENCLAVES IMPORTANTES

En mayor o menor medida, el carlismo dejó su huella en todo el territorio del Maestrazgo. Por destacar algunos enclaves, una parada obligatoria es Cantavieja, corazón de la administración militar carlista. La Su posición, en el centro de la comarca, la convirtió en el lugar adecuado para establecer la capital carlista de Cabrera. Entre otros hitos, allí se alojó la primera imprenta carlista de la zona. En ella se estamparon los primeros manifiestos y órdenes del militar.

Otra de las paradas de la ruta es Mirambel. No desempeñó para el carlismo una función militar y su posición en el valle determinó que fuera un enclave político bullicioso y lleno de actividad. Aquí tuvo su sede la Junta Superior Gubernativa de Aragón, Valencia y Murcia que respaldaba la labor de Cabrera en su acción de gobierno.

Castellote fue la puerta del Maestrazgo carlista. La población, acostada sobre una pronunciada pendiente y coronada por el figura del castillo, es la imagen de la resistencia carlista en este territorio. Su fortaleza era el punto fuerte de la frontera carlista en su parte norte y representó el principal obstáculo que los ejércitos liberales tuvieron que superar en 1840 antes de lanzarse al asalto definitivo sobre Morella.

Allepuz, Bordón, Cañada de Benatanduz, La Iglesuela del Cid, Pitarque o Villarluengo son otros de los enclaves de ‘Maestrazgo, territorio de Guerras Carlistas’, un reclamo turístico para nos perderse en la provincia de Teruel.