La multinacional Becton Dickinson, líder mundial en tecnología médica, ha decidido cancelar su ambicioso proyecto de construcción de una fábrica de jeringuillas en Zaragoza. Según ha podido saber HOY ARAGÓN en exclusiva, la decisión de la compañía ha sido tomada al más alto nivel, motivada por cambios en la dirección global de la empresa.

Recientemente, entre los cambios internos provocados en Becton Dickinson está la reciente entrada de Michael Feld como vicepresidente ejecutivo y presidente del segmento de ciencias biológicas. A su vez, según informes económicos, los accionistas de Becton Dickinson han sufrido una pérdida en el valor de la compañía del 15%, en tan sólo un año, desde que invirtieron en la Bolsa de Nueva York. El replanteamiento de la estrategia de Becton Dickinson, por tanto, es a nivel global y no tiene una incidencia especial en la situación de la fábrica de Zaragoza.

La cancelación del proyecto de la fábrica de jeringuillas está decidido de manera definitiva y no hay opciones de retomar la construcción de la factoría ni reorientar su función en un futuro, según fuentes cercanas a la operación.

Los 35 empleados que ya operaban en las instalaciones ubicadas en el polígono Empresarium ya han sido notificados. Según fuentes cercanas a la compañía, la fábrica ya estaba trabajando en los procesos de validación de los primeros equipos y procesos de la instalación de Zaragoza y, según aseguró -hace pocas semanas- la directora de la planta de Becton Dickinson en Fraga, Leticia Navarro, todo avanzaba «según lo previsto».

Fuentes de Becton Dickinson, en comunicación con HOY ARAGÓN, han aclarado su decisión afirmando que la compañía revisa regularmente su red global de fabricación y cadena de suministro para optimizar las operaciones. «Después de una revisión exhaustiva, se ha determinado que podríamos satisfacer nuestras necesidades de manera más eficiente utilizando instalaciones existentes en lugar de abrir el nuevo sitio de Zaragoza«.

En consecuencia, Becton Dickinson ha iniciado el proyecto de evaluar cómo trasladar sus operaciones desde la instalación a medio abrir en el polígono Empresarium de la ciudad de Zaragoza.

BECTON DICKINSON DEJA A MITAD LA FÁBRICA

La planta de fabricación de jeringuillas en Zaragoza, que se encontraba en un 80% de su ejecución, había sido declarada de Interés Autonómico por el Gobierno de Aragón debido a su potencial económico y de empleo.

Con una inversión prevista de 206 millones de euros hasta el año 2030, el proyecto prometía crear 150 puestos de trabajo cualificados en su primera fase, con perspectivas de llegar a 600 empleados cuando todas las líneas de producción estuvieran en funcionamiento. La planta estaba diseñada para producir más de 400 millones de jeringuillas de vidrio para finales de la década.

La noticia de la cancelación ha generado incertidumbre y malestar entre los trabajadores, según ha podido saber este periódico. Los 35 empleados que ya estaban operando en la factoría, muchos de ellos con perfiles en áreas especializadas como electromecánica, metrología, robótica y control de calidad de procesos, se enfrentan ahora a un futuro incierto. La planta, que estaba programada para estar a pleno rendimiento a principios de 2025, ha quedado en un limbo a pesar del avanzado estado de su construcción.

La decisión también supone un golpe para la economía local, que esperaba beneficiarse del impulso económico y de empleo que la planta de Becton Dickinson prometía aportar. La fábrica no solo estaba destinada a ser un centro de producción, sino también un punto de referencia en tecnología médica y manufactura avanzada.

El cambio de rumbo de Becton Dickinson parece estar relacionado con la reciente reestructuración en su cúpula directiva. Aunque no se han especificado los motivos exactos, la decisión de abandonar el proyecto en Zaragoza apunta a un replanteamiento de la estrategia de inversión en infraestructuras y producción de la compañía.