El presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, ha mostrado este martes su satisfacción por la puesta en marcha del proyecto de construcción del Complejo residencial y de servicios de Valdefierro y ha defendido que para su Ejecutivo «la prioridad» es «la defensa de los derechos fundamentales y la dignidad de las personas».

Azcón ha participado en la colocación de la primera piedra del futuro espacio residencial y de servicios que se ubicará en el antiguo centro ‘El Buen Pastor’.

La inversión del complejo asciende a más de 26 millones de euros procedentes de fondos europeos y estará finalizado antes del verano de 2026, cuando se espera que hayan acabado todos los trabajos puesto que el complejo se entiende como «un conjunto».

El centro, «un nuevo paradigma del concepto de residencia», según han destacado tanto Azcón como Susín, plantea un recorrido circular interno, adaptado a personas con movilidad reducida, en el que se van sucediendo los edificios destinados a alojamientos, equipamientos y viviendas a lo largo de espacios urbanizados. Sin embargo, también se introducen abundantes zonas de arbolado y espacios verdes con un recorrido por la naturaleza salpicado de equipamientos de descanso, infantiles y deportivos, así como huertos urbanos.

Todo ello, además de diseñado para atender a personas en situación de dependencia, estará libre de tráfico y abierto a los residentes y vecinos del barrio de Valdefierro. Pero, además, este complejo va a ser también una oportunidad para el barrio al incorporar nuevos espacios abiertos y zonas verdes que también van a optar a ser lugares que alberguen propuestas socio culturales y de ocio.

COMPLEJO RESIDENCIAL

Entre las prestaciones del complejo, se va a construir una residencia que contará con 100 plazas de alojamiento para mayores, organizadas en pequeñas unidades de convivencia de 12 y 8 plazas, en un entorno hogareño y en un edificio que se aleja del aspecto institucional.

Por otra parte, se pondrá en marcha un centro de día para 40 personas, a lo que se suma otro elemento diferenciador del proyecto: el diseño de viviendas de uno y dos dormitorios, independientes, donde van a poder vivir personas con cierto nivel de dependencia que no pueden permanecer en su vivienda habitual.

En estas viviendas se van a poder alojar mayores, solos o acompañados, menores y jóvenes que van a poder utilizar los servicios externos de la residencia si fuera preciso en algún momento puntual, por su cercanía y conexión. De esta forma, se facilita el intercambio intergeneracional, la integración comunitaria y la diversidad en la convivencia del nuevo espacio.

Todo ello complementado con otros espacios comunes y de usos conjuntos, como despachos profesionales y sanitarios, salas de rehabilitación, peluquería o podología, locales comerciales, cocina o lavandería, garajes y trasteros, así como otro tipo de instalaciones de agua, electricidad, climatización, prevención de incendios y comunicaciones.

En una segunda fase de construcción, además, se incluirán los edificios independientes de usos comunes. Estos estarán situados en el centro geométrico de la parcela, formando un ambiente polivalente y plural, con espacios interiores como una cafetería, un restaurante, un edificio cultural y un salón de actos con capacidad para 200 personas, pero también con una amplia superficie exterior para terraza, actividades al aire libre, actuaciones, fiestas o mercadillos.