La posición geográfica de Zaragoza, equidistante entre Madrid y Barcelona, así como entre Bilbao y Valencia, la dota de una relevancia logística destacada. Esta ventaja estratégica no solo la convierte en un polo económico clave, sino que también la hace susceptible a actividades indeseables, entre ellas, el terrorismo.

Históricamente, Zaragoza ha sido testigo de ataques perpetrados por ETA. Era más que habitual que comandos de la banda terrorista ETA se asentaran durante meses en la ciudad de Zaragoza para preparar atentados en otras zonas de la geografía española.

En una línea similar, pero en un contexto distinto, el terrorismo yihadista ha identificado a Zaragoza como un punto estratégico para la radicalización y reclutamiento, no solo en espacios públicos sino también dentro del sistema penitenciario, particularmente en la prisión de Daroca, donde en 2021 se procedió a la detención de dos internos vinculados a estas actividades.

Así publicó HOY ARAGÓN sobre la detención dentro de prisión de esta persona ya condenada por delitos comunes que se dedicaba, en los diferentes centros penitenciarios donde ha estado recluido, a captar y radicalizar en el ideario yihadista a otros presos.

EL YIHADISTA QUE RECLAMÓ LA ALJAFERÍA PARA DAESH

La detención más sonada se produjo a principios de 2019, cuando la Guardia Civil detuvo en una operación contra el yihadismo en España, a un yihadista marroquí, de 25 años, por incurrir en delitos de adoctrinamiento o adiestramiento terrorista y de enaltecimiento del terrorismo. Esta persona había reclamado La Aljafería como mezquita parte del califato islámico que busca instaurar Daesh.

El GAR, Grupo de Intervención Rápida de la Guardia Civil, detuvo en noviembre de 2022 en el barrio zaragozano de La Magdalena en Zaragoza a un joven que con tan solo 18 años se había especializado por los manuales colgados en las redes por captadores en explosivos y pretendía viajar para luchar en zonas de conflicto en las filas del DAESH, conocido como EStado Islámico.

Es un goteo incesante que nunca para, dicen los investigadores, y para el que hay que estar siempre alerta. Quince detenidos en España y Marruecos en el último año da una pequeña idea de esta lucha «eterna», según explican estas fuentes consultadas, contra un terrorismo que esconde dentro de una funda de corte religioso.

La prisión de Zuera, por ejemplo, tiene entre sus internos a algunos de estos captadores que hace un año también promovieron una campaña de agresión y ataques a funcionarios de prisiones. Mensajes que se difunden en canales con cientos de seguidores y que buscan despertar al ‘lobo’.

Las fuentes de la Guardia Civil consultadas, y que conocen de cerca el operativo desplegado en las últimas detenciones, aseguran que «las detenciones recientes no quieren decir nada más que se está actuando en prevención ante el terrorismo yihadista y que en ningún caso hay una célula en la ciudad de Zaragoza».

Además, indican que «la preocupación aumenta, como es lógico, cuando hay varias detenciones en tan poco tiempo. Claro que estamos en alerta por un auge de lobos solitarios o de yihadistas con conexiones desde Zaragoza, y que podría llegar a ser más grave si no seguimos actuando con estas operaciones que cortan la difusión o establecimiento de pautas comunes en este tipo de organizaciones terroristas».