Utilizar hongos como producto sostenible en los envases es una de las respuestas innovadoras hacia la creciente preocupación ecológica y el gran impacto ambiental que generan los plásticos. Esto es posible gracias a la combinación de micelio y fuentes vegetales celulósicas, proceso que permite fabricar compuestos 100% biodegradables.

En 2017, la Comisión Europea asumió el compromiso de lograr que para 2030 todos los envases de plástico sean reciclables. Ahora se ha dado un paso adelante y en este escenario, los hongos emergen como una alternativa sostenible muy prometedora. A través de la utilización de micelio (la estructura de los hongos) junto con fuentes vegetales celulósicas como el serrín y la paja, es posible fabricar micocompuestos que son completamente biodegradables y que pueden servir como nutrientes para otras plantas.

MadeRight, una startup israelí, ha progresado en este ámbito cultivando hongos en desechos orgánicos industriales. De esta manera, transforman residuos complicados en valiosas materias primas. Así, crean una biomasa que reemplaza los aditivos plásticos funcionales, lo que consigue que el envasado de plástico sea más reciclable a la vez que saludable.

ENVASES BIODEGRADABLES: ¿QUÉ IMPORTANCIA TIENEN?

La cantidad de residuos plásticos generados a nivel mundial podría triplicarse de aquí al año 2060. Uno de los plásticos que más preocupan es el poliestireno debido a su lenta biodegradación, la cual puede durar de 500 a 800 años. Frente a esto, los micro materiales son una alternativa que genera menor impacto ambiental, ya que tienen una buena capacidad de absorción de impactos y propiedades acústicas que los hacen adecuados para el sector del embalaje.

No hay dudas: la industria debe equilibrar la extensión de la vida útil de los productos con opciones ecológicas para el final de su ciclo de vida, como el reciclaje mecánico y el compostaje doméstico.

La incorporación de hongos en la manufactura a nivel global promete reducir las emisiones de carbono y apoyar una economía circular. Debido a su versatilidad y capacidad para adaptarse a diversas formas y tamaños, los micomateriales pueden ser fundamentales en la creación de productos sostenibles, estéticos y funcionales. Esta innovación en los envases tiene el potencial de beneficiar significativamente al medio ambiente, ofreciendo además una solución sostenible y práctica para la industria del embalaje.