Todos hemos ido a parar alguna vez a alguna página web imposible de manejar, en la que hacer una gestión nos ha llevado horas o, incluso, hemos tenido que abandonarla por frustración o por no resolver lo que necesitábamos hacer.

La experiencia de usuario se basa precisamente en esto, en conseguir que aquello que necesitamos en ese momento concreto nos sea fácil de realizar con éxito.

Un estudio de Mckinsey puso de manifiesto que por cada dólar invertido en experiencia de usuario, el retorno eran 100. Por lo que para las empresas esa inversión es un paso importante que dar para optimizar sus negocios online.

Daniel Torres Burriel creó su empresa hace más de diez años con el objetivo de poner todo su conocimiento y sus herramientas tecnológicas para poder ayudar a pequeños y grandes negocios en el camino de la experiencia de usuario y la optimización.

PREGUNTA.¿Cómo el diseño o la usabilidad de una web puede cambiar un negocio? ¿También de aquellos que son más pequeños o locales?

RESPUESTA. Pues de arriba abajo de arriba abajo o de la noche al día por completo porque los negocios digamos tradicionales o convencionales los que no tienen un digamos una imagen digital no tienen una versión digital también porque porque todo el mundo hemos experimentado alguna vez que nos traten bien en un sitio y salir muy contento, todo eso se diseña. El diseño es la respuesta a una necesidad, una respuesta eficaz, eficiente y si puede ser bella pues mucho mejor.

Si tienes un negocio analógico se puede hacer con diseño y si tienes un negocio digital es mucho más fácil de visualizar porque todos hemos sufrido con la web de la agencia tributaria, generalmente en sectores donde no hay competencia y si o si tienes que pasar por ahí. Y tienes lo contrario, sitios que funcionan porque son sencillos de manejar porque no tienen curva de aprendizaje y todo el mundo lo puede manejar. La mezcla entre motivación y buen diseño hace que un producto digital funcione.

Cada vez es más importante la experiencia del usuario pero, ¿hacia dónde va este sector?

Cobra más  importancia porque se han dado cuenta que es rentable. Es una inversión que desde el punto de vista de la eficiencia y de la eficacia está ahí y no la discuto. 

Vamos hacia un mundo en el que todo lo queremos rápido, la batalla por la atención es la batalla de hoy en día y todas las marcas quieren captar y mantener la atención de la audiencia, entonces necesitamos productos que tengan un buen diseño y estrategias de lanzamiento que estén muy bien diseñadas.

Las audiencias además cambian constantemente, y cosas que antes se asumían como normales hoy en día son inasumibles, eso también hay que tenerlo en cuenta a la hora de diseñar. Y como podemos medirlo todo tenemos que microsegmentar. La personalización es básica y también se diseña.

¿Qué nuevas herramientas veremos a corto o medio plazo?

No tengo ni idea. Hace un año ni siquiera sabíamos lo que era ChatGPT. Lo que se es que veremos cosas maravillosas que estarán al alcance de todo el mundo. La diferencia es que ahora hay diseño, antes las herramientas tecnológicas tenían un diseño para un público muy restringido, que eran personas con conocimiento técnico avanzado, ahora han hecho más plana la curva de aprendizaje, en eso consiste el diseño y la experiencia de usuario.

Vivimos en una época estupenda en tecnología y diseño, y el futuro no sabemos qué herramientas traerá, pero serán para bien.

¿Qué plataforma o web destacaría por su usabilidad y diseño?

La respuesta honesta es depende. No hay una verdad absoluta porque hay un componente subjetivo importante, depende de la necesidad que tenemos en ese momento y de si nos la ha sabido solucionar. 

Uber, Airbnb o Apple tienen un especial cuidado con el diseño y funcionan muy bien, pero juegan con una ventaja, ya que no es lo mismo vender ocio que seguros de terceros. 

Las redes sociales captan nuestra atención constantemente y su éxito recae, precisamente, en la usabilidad. 

Las redes tienen todas una facilidad de uso aplastante. El paradigma de facilidad de uso es TikTok porque no hay que hacer nada y a cambio lo tengo todo. Desde la experiencia de usuario es mínimo esfuerzo y máximo retorno, porque gracias a su algoritmo me enseña lo que yo quiero ver. Esto no significa que ese sea el camino, es solo un modelo.

Tenemos que procurar que los modelos de diseño tengan un componente sostenible que lo podamos mantener, pero además con una visión ética que no debemos olvidar, porque la experiencia nos está diciendo que no vale todo, aunque los datos sean los que manden, pero para que sea sostenible tendría que ser también ético.

¿Qué opinión tiene sobre la Inteligencia Artificial? ¿Está a favor de su expansión, o ve ciertos miedos y recelos sobre la IA?

Lo que tenemos delante de nosotros es un beneficio, es algo positivo. La inteligencia artificial la tenemos con nosotros y la consumimos aunque no lo sepamos hace muchísimos décadas, solo que ahora somos actores en primera persona y podemos juguetear con ella. Eso un exitazo.

Obviamente habrá cosas que pulir, pero en términos generales creo que somos gente afortunada de poder estar viviendo en directo el avance de las tecnologías. Creo que nos traerá más cosas positivas que negativas sin ninguna duda, teniendo todas las precauciones que hay que tener, pero a mi me parecería una insensatez limitar la potencia de la tecnología por desconocimiento.

En mi empresa implementamos la inteligencia artificial en los procesos de trabajo y hace que seamos mejores como profesionales, porque nos ayuda y nos empuja a hacer cosas que antes no hacíamos, y eso no puede ser malo.

¿Con qué retos se enfrenta el sector de cara al futuro?

A veces nos escapa de las manos cómo las personas utilizan las herramientas. Podemos diseñarlas con un fin para conseguir un objetivo, pero son un conjunto de funcionalidades que las personas utilizan en función de lo que les viene bien en cada momento, y cuantas más personas hay utilizando herramientas más difícil es controlar su uso.

Los retos del diseño son enormes, porque desde el diseño podemos controlar y mitigar el daño que pueda sufrir una persona por un uso indebido de una aplicación, así que el reto del futuro del diseño va por ahí.