Hakuna Group Music ha demostrado, una vez más, su capacidad para atraer a las masas. El pasado sábado, el Palacio de Vistalegre en Madrid retumbó al son de acordes y letras llenas de espiritualidad, albergando a más de 10.000 jóvenes en una velada que fusionó la música, la oración y un ocio saludable.

El emblemático recinto de Vistalegre, ubicado en el barrio de Carabanchel, vibró al ritmo de una audiencia entregada y entusiasmada. El repertorio de Hakuna resonó en cada rincón, con temas como «Sencillamente» y «Huracán», unificando a todos en una sola voz; muchas de estas canciones son virales en TikTok o Spotify. La música es fundamental para entender Hakuna.

A través de canciones se comunican con Dios y, también, les sirve para reforzar el vínculo entre la comunidad. Pero, exactamente, ¿qué es Hakuna y por qué está siendo el fenómeno de los últimos meses?

El auge de Hakuna Group Music no muestra signos de desaceleración. Su reciente participación en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa es una muestra de ello. No solo asistieron como peregrinos, sino que también tuvieron la oportunidad de actuar, incluso en la prestigiosa etapa papal. Frente a ellos, una multitud de más de un millón, con algunos ya familiarizados con su música y otros descubriendo sus melodías por primera vez, se unieron en un canto entusiasta.

Este movimiento religioso que hoy rompe moldes entre los jóvenes tiene como fundador a José Pedro Manglano, más conocido como Don Josepe, que perteneció al Opus Dei hasta el año 2020 y que, a día de hoy, tiene en Tik Tok su mejor aliado. Lo siguen miles de jóvenes, incluso ateos. Pero además del movimiento musical, lo más importante en Hakuna es la «hora santa». Se trata de una charla semanal que realiza un sacerdote o un invitado, en la que se expone un tema y donde, a continuación, tiene lugar la adoración a Dios.

Esta semana, la influencia y el impacto de Hakuna fueron reconocidos por el Papa Francisco, quien recibió al padre José Pedro Manglano, fundador del grupo, y a varios miembros jóvenes del movimiento.

El Papa, ya familiarizado con las iniciativas de Hakuna, incluida una adoración en la basílica de San Pedro, los alentó en su misión. Con el respaldo papal y su creciente popularidad, Hakuna sigue trazando un camino que promete llevar su mensaje y música más allá de las fronteras nacionales.

Hakuna ofrece diferentes cursos a sus fieles, en función del perfil. God stops, «una parada de fin de semana para huir del mundo y sintonizar con Dios»; Compartiriados, «trabajos de acción social o voluntariados»; escapadas y másteres prematrimoniales, «en estos cursos se quiere ayudar a los interesados a prepararse como cristianos al matrimonio, atendiendo a las distintas dimensiones de la persona».