El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Zaragoza lo vincula con tres tentativas de homicidio, especialmente graves la primera en San Gregorio y la última de ellas, en el Canal. Ambas víctimas mujeres, y ambas vulnerables y atacadas por su agresor de manera sorpresiva y por la espalda.

A la víctima de 85 años la asaltó en la calle Manuel Server Ezcurra y como en los dos casos posteriores, a plena luz del día. La golpeó con tal fuerza en la cabeza que le produjo una gran hemorragia. Llegó incluso, según un testigo presencial, a pisarle la cabeza.

Aquel mediodía del lunes pasado el agresor iba en bicicleta y varios testigos lo describieron como un hombre de unos 30 años, «rubio y con rastas». En el último de los ataques tenía el pelo muy corto y vestía de negro.

La policía lo buscaba desde entonces y tras la entrevista con el detenido ya ido atando cabos. El hombre, de 28 años, con iniciales R.C.D.S. es nacido en Zaragoza y podría tener, según ha podido saber HOY ARAGÓN, algún tipo de trastorno psíquico. De hecho, a los policías locales cuando le detuvieron les dijo que tomaba unas pastillas pero que no las llevaba encima.

Las agresiones se produjeron en San Gregorio, y siete días después, en la calle Consejo de Ciento, en el barrio de la Paz y finalmente, donde fue detenido bajo el puente del Canal, de la calle Sarrión. Entre la primera ubicación y la última hay cuatro kilómetros y medio. Todos los ataques de día, entre las 11:00 y las 12:30 horas de la mañana.

Se desconoce si el detenido estaba tutelado por alguna institución o controlado a nivel médico, lo que si es cierto es que alegó problemas psiquiátricos cuando fue detenido y también delante de la policía. Todo apunta a que podría repetir este testimonio ante la jueza instructora.

De hecho esta mañana era conducido desde la Comisaría del Actur hasta los juzgados de guardia. A esta hora se encuentra en dependencias judiciales pero todavía no ha prestado declaración. Es más que previsible que la jueza decrete hoy mismo su ingreso provisional en la prisión zaragozana de Zuera.

TATUAJES CON FORMA DE CORAZÓN

En la descripción del detenido también figuraba el hecho de que tenía tatuajes pequeños pero muy identificativos, como son la cara y el cuello. «Llevaba tatuajes pequeños en pómulo y cuello parecido a un corazón y el pelo rapado muy corto», explicaba una fuente cercana al caso consultada por HOY ARAGÓN.

La brutalidad de los ataques sigue llamando mucho la atención a los investigadores. Son víctimas elegidas al azar y atacadas de manera impulsiva, sin ningún tipo aparente de premeditación.

Los ataques podrían corresponder con brotes que el detenido dijo a la policía que padecía cuando no tomaba regularmente la medicación. Se desconoce por ahora el tipo de enfermedad que puede padecer. Lo cierto es que tras al primer ataque si que huyó y se deshizo de la bicicleta en la que iba. Lo cual hace pensar que si que existía una cierta consciencia respecto a lo que hacía.