Eran las 22:30 horas del pasado 21 de agosto cuando dos agentes de la Guardia Civil del puesto de Muel atendían a un aviso en la calle José Oto, en Cadrete. Un hombre identificado con las iniciales E.N.A.P. ,con una orden de búsqueda y detención por parte de la Policía Nacional, era visto en una zona a la que un juez le había prohibido acercarse.

Su madre era la que había llamado a la Guardia Civil y había explicado que su hijo estaba en el portal de su casa intentando entrar. Los agentes se dirigen al domicilio afectado pero no dan con la persona que estaban buscando.

Dos horas después, lo encuentran acercándose al portal de sus padres. En ese momento es detenido por los agentes tras comprobar su identificación. Un día antes de estos hechos, una mujer acudía a la Comisaría del barrio zaragozano del Actur a presentar una denuncia ante la Policía Nacional.

Explicaba a los policías que su ex pareja había quebrantado una orden de alejamiento. El detenido y la denunciante habían mantenido una relación de un año que se había terminado hace unos días tras poner ella una denuncia por malos tratos en el ámbito familiar en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Zaragoza.

El hombre tenía la prohibición de acercarse y comunicarse y, a pesar de el dictamen del juez, le mando un mensaje que decía: «¿Cómo estás? Era por saber si seguías adelante con la denuncia o estaba ya todo en orden».

La mujer bloqueó en ese momento a su ex y contó a los agentes que es un hombre «muy violento y peligroso, que no respeta ninguna autoridad, ni siquiera a los agentes de la ley». Añadió que no tenía trabajo en la actualidad y que hace un año le habían retirado el permiso de conducir.

Los agentes añadieron en la declaración de la mujer que ésta les contó que su ex pareja tenía un trastorno límite de la personalidad producido por el consumo de drogas como la cocaína o el speed.

OTRA ORDEN DE ALEJAMIENDO DE SUS PADRES

No es la única orden de alejamiento que un jue ha dictado sobre E.N.A.P. ya que el pasado mes de junio, dos meses antes de que su pareja le denunciase, este hombre había mantenido secuestrados a sus padres amenazándolos con un cuchillo de 16 centímetros de filo.

Fue la madre del detenido quien denunció la situación al explicar a la Guardia Civil que su hijo estaba fuera de si y había amenazado de muerte, tanto a ella como a su marido y a su otro hijo.

El hombre trato de clavar el cuchillo que llevaba en el cuello a uno de los guardias que acudió a la llamada de auxilio. Hasta tal punto llegó la amenaza que la patrulla se vio obligada a desenfundar sus armas reglamentarias y advertir al hombre que desistiese de su aptitud.

“Dispara, quiero morir, pero a alguno me llevo por delante”, respondió el detenido. Los agentes retrocedieron hasta la puerta por seguridad y comenzaron a dialogar con él para que soltase el cuchillo. Esta conversación llegó a durar cerca de 45 minutos.

El diálogo acabó con éxito y el hombre dejó el cuchillo en el suelo y se entregó. Los guardias le pusieron a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, en funciones de guardia, como presunto autor de un delito de tentativa de homicidio.

Al parecer, tras verse fuera de la vivienda que compartía con su ahora ex pareja, acudió de nuevo a Cadrete a casa de sus padres. En ambos casos tenía sendas ordenes de alejamiento por su violencia extrema, que ya había ejercido ante sus padres dos meses antes de que su ex le denunciase por saltarse la orden de alejamiento. El detenido, defendido por Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén, no deberá acercarse ni a su ex pareja ni a sus padres y será juzgado por violencia en el ámbito doméstico y familiar.