Eran casi las siete de la mañana del pasado domingo cuando una patrulla de la Policía Local de Zaragoza era requerida por emisora para que se acercase a la calle Gascón de Gotor. Allí se encontraban con dos vehículos y cuatro motocicletas con daños de diversa consideración.

Varios testigos de los hechos apuntan a un hombre joven con gafas y que iba vestido con un pantalón blanco y camisa verde y que conducía un AudiA3. «Se bajó del coche y miró los daños que había ocasionado en los otros vehículos. Estuvo solo un minuto, y luego se subió de nuevo a su coche y desapareció», cuenta uno de estos testigos.

Siguiendo un rastro de vestigios y restos del siniestro, según ha podido saber HOY ARAGÓN, los policías acaban localizando el coche en el Paseo de Colón, con daños en el parachoques delantero, en la rueda trasera, en la aleta delantera derecha, y una pérdida de líquidos y olor a quemado.

el conductor y presunto autor de los hechos es localizado por los agentes a unos 200 metros de su coche intentando comer un Vehículo de Movilidad Personal. «He tenido un problema con el embrague y el coche se ha parado, pero no he tenido ningún tipo de accidente», les cuenta a los policías.

Minutos después cambia su declaración y dice que el vehículo lo conducía otra persona que había conocido esa noche y que se había marchado del lugar con las llaves del coche sin decirle nada más.

Los policías locales que se entrevistan con él ven que tiene síntomas de haber bebido alcohol, con las pupilas dilatadas, la boca pastosa y los ojos enrojecidos. Al ver que tiene problemas para mantenerse en pie le indican que debería someterse a las pruebas de detección de alcohol y drogas.

SE NIEGA TRES VECES A HACERSE LAS PRUEBAS

En ese momento, el hombre, de 29 años, que responde a las iniciales de M.M.M., se somete al etilómetro orientativo dando una hora y media después de los hechos un 0,87 de alcohol en aire espirado.

La Policía Local le explica que deben acompañarles a dependencias policiales para someterse a una prueba para confirmar ese consumo de alcohol. Una vez trasladado, el hombre se niega hasta en tres ocasiones a someterse a la prueba de confirmación.

Durante la negativa de los hechos, según los presentes, se ha mostrado desafiante y a llegado incluso a amenazar a los policías que actuaban como instructores del caso. Este conductor ha sido acusado de un delito contra la seguridad vial y de negarse a realizar las pruebas de detección de alcohol y drogas.

Otro testigo que fue consultado por la policía tras el siniestro explica que M.M.M., defendido por los letrados Luis Ángel Marcen y Carmen Sánchez, iba conduciendo el coche que colisionó contra los otros. «Escuché un ruido y pensé que era alguien que había impactado contra un contenedor. Después escuché gritos y vi a gente asomándose por las ventanas», declaraba este testigo.

Vio al presunto autor del siniestro parado, dentro de su vehículo, hablando con su teléfono móvil dentro del asiento del piloto. «No miraba los otros vehículos dañados sino el suyo. Intentaba ver el alcance de los daños y no parecía encontrarse en condiciones para conducir», añade este testigo.

Intentó arrancar hasta en dos ocasiones y lo consiguió, dejando en su marcha un reguero de líquidos que iba perdiendo del coche y golpeando a un contenedor cercano. «Por el ruido parecía que tenía la dirección dañada y ya luego le perdí de vista», sentencia este testigo, que fue clave para la reconstrucción del caso. «Suerte que con lo que chocó eran vehículos y no personas», concluye.