Los hechos tuvieron lugar la noche del pasado martes 30 de julio. La policía local de Borja daba aviso a la Guardia Civil de la presencia en la calle de un hombre que estaba increpando a la gente en plena calle y destrozando los espejos retrovisores de los coches a patadas.

Varios agentes de la Policía Local de la localidad de la Comarca de Campo de Borja intentaron detenerle pero se encaró con ellos y les intentó agredir. «En el momento de la detención estaba extremadamente agresivo y no atendía a razones de ningún tipo», explica a HOY ARAGÓN un testigo presencial de los hechos.

La patrulla de la Guardia Civil que llega a el lugar también recibe insultos y agresiones. Los agentes acaban lesionados pero consiguen reducirle para posteriormente detenerle. Una vez detenido lo trasladan a los calabozos del puesto de Tarazona.

Mientras están haciendo el informe de las diligencias ven a través de las cámaras de seguridad como el detenido intenta tapar la cámara de la celda con una camiseta. Al acercarse para comprobar si está bien y entrar en la celda, golpea a un agente en un ojo, a otro en las costillas y a un tercero que, al ser empujado, cae dándose un fuerte golpe contra la cama del calabozo.

«Patadas, insultos, seguía como fuera de si», explican fuentes consultadas a este periódico digital. El hombre intenta lesionarse dándose cabezazos contra la puerta del calabozo y los guardias acaban esposándole para evitar que llegue a autolesionarse.

Tras unos minutos en los que le vuelven a dejar solo en la celda, el detenido de nuevo vuelve a golpearse con la puerta y los agentes deciden entrar otra vez para intentar calmarle. «De nuevo lanza patadas contra la puerta y al intentar calmarle arremete con la cabeza contra los agentes», añade la fuente consultada.

De hecho, los agentes tuvieron que llamar a un médico de guardia que en esos momentos trabajaba en Tarazona para que acudiese al puesto de la Guardia Civil a administrar un calmante al hombre de cerca de 28 años y de nacionalidad marroquí, al que por fin, tras horas de una gran tensión, pudieron controlar y evitar que hiciese más daño, tanto a él mismo como a los demás.

POLICÍAS HERIDOS Y DE BAJA TRAS LAS AGRESIONES

Dos guardias de la patrulla de Borja que acudieron a la llamada de la Policía Local de esta localidad, otro del puesto de Tarazona y un agente local resultaban heridos de diversa consideración.

De hecho, al menos uno de estos agentes estaría de baja laboral por las lesiones que se produjo al intentar detener a esta persona que, en ningún momento, llegó a dialogar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Se trataría del segundo episodio violento que ha tenido lugar por la zona tras la brutal agresión que sufría un vecino de Tarazona a plena luz del día hace una semana por parte de tres jóvenes que llegaron a lesionarle con objetos cortantes.

Los presuntos agresores, en ambos casos, han quedado en liberad con cargos. Algunos de ellos ya tienen antecedentes por lesiones a agentes de la autoridad y conducta violenta con la participación en varias peleas.

Las asociaciones y sindicatos de agentes de policía vuelven a denunciar la situación que viven día a día en las calles con agresiones verbales y físicas sin ningún tipo de explicación y con un claro intento de dañar la integridad del policía. «El principio de autoridad cada vez está siendo más cuestionado», sentencian desde los colectivos sindicales.