La Guardia Civil está investigando la denuncia presentada por una mujer en Madrid que viajó a Zaragoza para someterse a una operación de bótox y terminó ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Según las primeras indagaciones, la intervención no se realizó en una clínica autorizada, sino en un piso particular de la capital aragonesa.

Fuentes del Servicio Aragonés de Salud (Salud) han informado que la víctima de esta operación clandestina sufrió botulismo iatrogénico, una intoxicación grave que puede ser mortal.

Los hechos ocurrieron a principios de mayo, aunque la información ha salido a la luz recientemente. Desde la Comandancia de Zaragoza explican que la denuncia se presentó en Madrid, por lo que la investigación está siendo llevada a cabo por agentes de la Comunidad de Madrid, donde reside la paciente. Ahora, se está intentando identificar a los responsables de la intervención clandestina.

CONSECUENCIAS DE UNA INTERVENCIÓN ILEGAL

Las fuentes sanitarias indican que una intoxicación aguda como la que sufrió esta mujer puede causar la parálisis de algunos músculos, provocando graves problemas respiratorios, dificultades para tragar y hablar. Otros síntomas pueden incluir visión doble o borrosa y episodios de parálisis muscular.

Tras la operación de bótox clandestina, la mujer fue ingresada directamente en la UCI. Según el Servicio Aragonés de Salud, su estado fue crítico, lo que requirió varios días de cuidados intensivos. Afortunadamente, la paciente respondió bien al tratamiento con antitoxina botulínica, lo que permitió su traslado a planta y, finalmente, su alta médica.

La investigación se enfrenta a complicaciones, ya que la paciente solo pudo proporcionar el nombre de pila de la persona que le administró el bótox. Pese a esto, la Guardia Civil continúa trabajando para localizar el domicilio donde se realizó la operación y para identificar a quien ofrecía estos servicios clandestinos. El Gobierno de Aragón, al detectar el caso en Zaragoza, informó de inmediato al Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, que a su vez alertó al resto de comunidades autónomas.

UNA INTERVENCIÓN PELIGROSA

La mujer deseaba inyectarse bótox en los gemelos para reducir el volumen de sus pantorrillas. La procedencia de la sustancia inyectada es aún desconocida, pero se sospecha que los responsables de estas intervenciones ilegales suelen utilizar medicamentos robados de clínicas autorizadas.

Este trágico incidente pone de relieve los peligros de someterse a tratamientos médicos fuera de entornos regulados y autorizados. La falta de control y la posible utilización de sustancias no certificadas pueden tener consecuencias devastadoras para la salud. Las autoridades continúan instando a la población a acudir únicamente a profesionales acreditados y a evitar los riesgos asociados con el mercado negro de tratamientos estéticos.