El encuentro grupal de hombres en un club, donde tienes que ser miembro previamente, con el fin de practicar la masturbación en grupo. Este es el concepto y así se llama a un club Bator, o club de masturbación. Cuyo fin no es otro que estar dedicado a la práctica sexual de la masturbación en grupo. Este tipo de clubes están destinados a hombres homosexuales o heterosexuales.

En Madrid ya existe un club y organiza diferentes eventos de masturbación abierta y masturbación mutua con consentimiento previo, y también se indica que el club está destinado a hacer amigos y pasar un buen rato «entre colegas». Este club pretende abrir en otras ciudades como Barcelona, Valencia o Zaragoza en cuestión de meses.

El año pasado aterrizó en Madrid y tiene un nombre bastante explícito: Pajas entre colegas (Club de Pajas Madrid). La razón de acudir a este club es variada: ya sea para autosatisfacerse o para intercambiar el placer de la masturbación con otros miembros, sin importar la orientación sexual.

Los clubes de masturbación, o Jack off clubs, como se conocen en otros países donde ya hace tiempo que funcionan, están empezando a proliferar en diferentes países del mundo, principalmente anglosajones: Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia o Canadá, por citar algunos ejemplos.

Para poder acceder a estos clubes, primero hay que ser miembro. Se puede realizar la membresía en la puerta del local o previamente, con un pago de 10 euros al mes. Si acudes más de tres veces al mes, el precio sube a 50 euros. Hay una cuota para miembros de honor: son 300 euros al mes y con acceso libre todos los días.

En cuanto a las reglas, son bastante claras. Nada de labios por debajo de las caderas, porque no está permitido el sexo oral. No hay penetración ni nada parecido. Y cada uno lleva pulseras para marcar los límites hacia la otra persona.

Una pulsera roja marca el límite para los que no quieren intercambiar besos ni ser tocados. Por el contrario, la pulsera verde indica consentimiento para las prácticas permitidas.