El pasado 15 de agosto, la temperatura media de la superficie del mar Mediterráneo alcanzó un récord histórico de 28,47 ºC, según informó el servicio Copernicus Marine, dependiente del Programa europeo Copernicus de observación de la Tierra.

Este nuevo máximo refleja el impacto de las recientes olas de calor que han afectado al sur de Europa y, en particular, a España, donde se han registrado temperaturas extremas durante varias semanas.

Desde el 6 de agosto, las temperaturas superficiales en la zona mediterránea han superado los 28 ºC, marcando el periodo más prolongado en la historia con valores por encima de este umbral, según los datos recopilados por Copernicus Marine.

Este fenómeno se enmarca dentro de una tendencia de temperaturas elevadas que se ha intensificado entre finales de julio y lo que va de agosto, afectando considerablemente a la región.

En España, este verano ha sido especialmente intenso, con cuatro episodios de olas de calor que llevaron las temperaturas a superar los 40 ºC en varias ocasiones. El 11 de agosto, Cantabria y el País Vasco registraron valores cercanos a los 43 ºC, mientras que en el sur peninsular estas temperaturas se superaron en múltiples jornadas, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Estos registros no solo reflejan la magnitud de la actual crisis climática, sino que también plantean serias preocupaciones sobre los impactos ecológicos y económicos en la región mediterránea, conocida por su biodiversidad y su importancia para el turismo.

Las temperaturas inusualmente altas en el mar pueden tener consecuencias graves, como la alteración de los ecosistemas marinos, la decoloración de los corales y el impacto en las pesquerías locales.