Hay muchos perfiles psicológicos que afectan a las personas los cuales están sumamente relacionados a la aparición de las nuevas tecnologías. Con estas, han surgido nuevas patologías, ligadas a la personalidad de quien las sufre.

Una de ellas es el síndrome de Simón, que afecta a los hombres mayores de 30 años, y que forma parte de una variante del síndrome de Peter Pan, que es como se denomina a aquellas personas que nunca crecen mentalmente y que mantienen un pensamiento infantil.

Cuando hablamos del síndrome de Simón estamos hablando de un hombre que solo piensa en divertirse y que evita todo contacto emocional y afectivo, provocando así que nunca que se comprometa con sus relaciones. A su vez, este tipo de persona suele llegar a mostrar inmadurez y suele cambiar de gustos e intereses sociales con demasiada frecuencia.

No obstante, quienes padecen esta patología suelen ser personas con rasgos narcisistas, manifestando una gran falta de empatía hacia los demás además de presentar aires de grandiosidad y la necesidad de sentirse admirados.

¿POR QUÉ ESTE NOMBRE?

El nombre de este tipo de personalidad viene dado por unas siglas que evidencian su significado. La «S» hace referencia a soltero o una falta de una relación de pareja estable, ya que son personas que tienen pánico al compromiso; la «I» significa inmaduro; la «M» define al hombre materialista; mientras que la «O» se refiere a que es el perfil de una persona obsesionada con el éxito, tratando de ser siempre mejor que los demás; y la «N», está relacionada con el narcisismo.

¿TIENE CURA ESTA PATOLOGÍA?

Para poner fin a este síndrome lo primero sería tratar el desarrollo de la inteligencia emocional de estas personas además de sus propias habilidades. Por lo tanto, lo principal es ir al psicólogo ya que través de la terapia psicológica se puede ayudar a esos hombres a que dejen de lado los sentimientos de inseguridad, así como la dependencia afectiva y el miedo al compromiso.

Frente a la pregunta de si es un problema que solo afecta a los hombres, los especialistas afirman que también puede afectar a las mujeres, tratándose en este sentido del síndrome Laura, donde la «L» significa liberada; la «A», autónoma; la «U», universitaria; y la «R» y la «A» de racionalizar el amor. En estos casos se niega que las mujeres puedan comportarse de una manera tan inmadura como los hombres poseedores de esta patología.