En los últimos meses, un radar instalado por la Dirección General de Tráfico (DGT) ha caparado la atención de conductores y medios de comunicación. Este dispositivo, conocido como el radar de tramo más largo de España, se extiende a lo largo de 33 kilómetros en la A-62, específicamente en el trayecto comprendido entre las localidades de Salamanca y Ciudad Rodrigo.

El objetivo de este radar, como todos los instalados por la DGT, es reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. Sin embargo, este en particular ha generado un aumento considerable en la emisión de multas . ¿A qué se debe esto?

UN RADAR DIFERENTE

A diferencia de los radares fijos que controlan la velocidad en un punto específico, los radares de tramo miden la velocidad media de los vehículos a lo largo de una distancia determinada. Este tipo de control es especialmente efectivo en rutas largas, ya que obliga a los conductores a mantener una velocidad constante dentro de los límites legales, en lugar de frenar bruscamente al aproximarse a un radar fijo y acelerar posteriormente.

LA A-62 Y SUS DESAFÍOS

La A-62 es una de las principales arterias de comunicación en el oeste de España, y su uso intensivo hace que cualquier medida de control de velocidad tenga un impacto significativo. El tramo monitoreado por este radar abarca una zona que, según la DGT, registraba una alta incidencia de accidentes y excesos de velocidad.

Desde su instalación, se ha reportado un notable incremento en el número de sanciones emitidas. Esto podría interpretarse de dos maneras: por un lado, podría significar que muchos conductores no respetaban los límites de velocidad establecidos, lo que justificaba la necesidad de un control más riguroso. Por otro lado, también podría indicar que el nuevo sistema de vigilancia es extremadamente eficiente en detectar infracciones, incluso menores.

REACCIONES DE LOS CONDUCTORES

No han faltado las críticas por parte de los usuarios de la carretera. Algunos conductores argumentan que la instalación de este radar es una medida recaudatoria más que una verdadera solución para mejorar la seguridad vial. Según ellos, la longitud del tramo controlado aumenta las probabilidades de cometer infracciones inadvertidamente, especialmente en un viaje largo donde mantener una velocidad constante puede resultar complicado.

Otros, en cambio, apoyan la medida y consideran que, aunque pueda resultar incómodo para algunos, es efectiva en su propósito de reducir la velocidad media en un tramo donde los accidentes eran frecuentes.

IMPACTO EN LA SEGURIDAD VIAL

Es pronto para evaluar el impacto a largo plazo de este radar en la siniestralidad de la A-62. No obstante, estudios previos han demostrado que la instalación de radares de tramo tiende a reducir significativamente el número de accidentes graves y mortales, al fomentar una conducción más moderada y constante.

MEDIDAS COMPLEMENTARIAS

La instalación de este radar no es una acción aislada. La DGT ha implementado una serie de medidas complementarias para mejorar la seguridad en la A-62. Entre estas medidas se encuentran:

Campañas de concienciación: La DGT ha intensificado las campañas de concienciación sobre los peligros del exceso de velocidad y la importancia de respetar los límites establecidos.

Incremento de la señalización: Se han mejorado y aumentado las señales de advertencia sobre la presencia del radar de tramo y la necesidad de mantener una velocidad constante.

Refuerzo de la vigilancia: Además del radar de tramo, se ha incrementado la presencia de patrullas de tráfico en el tramo de 33 kilómetros para supervisar y sancionar otras infracciones.

LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS

Expertos en seguridad vial han valorado positivamente la instalación del radar de tramo más largo de España. Según estos especialistas, los radares de tramo son una herramienta eficaz para reducir la siniestralidad, ya que no solo controlan la velocidad en un punto específico, sino que obligan a los conductores a mantener una conducción uniforme a lo largo de una distancia considerable.

Sin embargo, también advierten que la efectividad de estas medidas depende en gran medida de la percepción de justicia y equidad por parte de los conductores. Si los usuarios de la carretera perciben que las multas son excesivas o injustas, podría generarse una resistencia a estas medidas y un deterioro en la relación entre los conductores y las autoridades de tráfico.

CONSEJOS PARA LOS CONDUCTORES

Para evitar sanciones y contribuir a la seguridad vial, los conductores que transiten por la A-62 deben tener en cuenta los siguientes consejos:

Mantener una velocidad constante: La clave para no ser sancionado por un radar de tramo es mantener una velocidad constante y dentro de los límites permitidos a lo largo de todo el trayecto controlado.

Prestar atención a la señalización: Las señales de tráfico indican la presencia del radar de tramo y los límites de velocidad. Es fundamental estar atento a estas señales para ajustar la velocidad en consecuencia.

Planificar el viaje: Conocer de antemano los tramos controlados por radares de tramo y planificar el viaje permite evitar sorpresas y ajustar la conducción a las condiciones de la carretera.

PERSPECTIVAS FUTURAS

La experiencia con el radar de tramo más largo de España en la A-62 podría servir de modelo para futuras instalaciones en otras carreteras del país. La DGT está evaluando los resultados de esta medida y no descarta la implementación de más radares de tramo en otros tramos conflictivos.

Esta medida, junto con otras iniciativas de seguridad vial, forma parte de un plan más amplio de la DGT para reducir la siniestralidad en las carreteras españolas y promover una conducción más segura y responsable.

La implementación del radar de tramo más largo de España en la A-62 representa un esfuerzo significativo por parte de la DGT para mejorar la seguridad vial. A pesar de las controversias y las críticas, es innegable que esta medida ha puesto de manifiesto la importancia de respetar los límites de velocidad para prevenir accidentes. El tiempo dirá si esta estrategia se consolida como un modelo efectivo de control de velocidad en las carreteras españolas.