Hace tiempo que tener dinero en una cuenta bancaria dejó de generar beneficio para el cliente. La realidad es que, pese a los intereses que las entidades bancarias ingresan por los préstamos que facilitan a sus clientes, éstas siguen sin dar facilidades a la hora de remunerar el ahorro. En este contexto, Caja Rural de Aragón se posiciona como la única aragonesa y de las pocas de España en volver a hacerlo. El nuevo producto lanzado por el banco se dirige tanto a nuevos clientes como a aquellos que quieran incrementar su nivel de ahorro neto en la entidad.

Se trata de un depósito creciente a plazo fijo con que, durante los tres primeros meses, el cliente recibirá un 1,25% trimestral. Después, la inversión aumentará al 1,50% trimestral. En el tercer trimestre llegará al 2,25 % para elevarse, finalmente, hasta el 3% trimestral en el último tramo de la contratación, que es por doce meses. Esta modalidad de ahorro no tiene ni comisiones ni penalizaciones por reembolso anticipado y la liquidación de intereses es trimestral, con una TAE del 2,02% si se mantiene los doce meses.

Con este lanzamiento, la entidad financiera aragonesa quiere facilitar una nueva posibilidad de ahorro garantizado, que suele ser la preferida por la mayor parte de los clientes por su bajo riesgo. El objetivo de este nuevo producto es remunerar el ahorro con una atractiva propuesta que retribuye los ahorros de los depositantes con el plazo fijo de toda la vida. Una modalidad fácil y sencilla. Este depósito creciente se puede contratar desde abril en cualquier oficina de la red de Caja Rural de Aragón.

Para los ahorradores que se recupera esta práctica olvidada desde hace años por los bancos es una buena noticia, ya que su ahorro se va a volver a ver remunerado. Para el sector financiero es, además, una estrategia crucial, a pesar de haber estado volcados durante los últimos años en la venta de productos, desde la tecnología a seguros o fondos de inversión. El ahorro garantizado es el preferido por la mayoría de los depositantes y la apuesta de Caja Rural de Aragón busca ese hueco en el mercado financiero.

Caja Rural de Aragón se fundó hace 75 años y el 60% de sus oficinas están en municipios de menos de 2.000 habitantes, entre ellos, localidades que no superan los 250 censados. Haber nacido en el medio rural es la seña de identidad del banco, que trata de llevar valores como la cercanía o la sencillez a ciudades en expansión como Zaragoza. En la capital aragonesa, la entidad ya cuenta con 32 oficinas, siendo la segunda red más numerosa de todas las financieras.