Cuando hablamos de sostenibilidad hablamos de pasado, presente y futuro. De un pasado que ha evidenciado que era necesario un cambio en las políticas empresariales hacia prácticas más sostenibles, que se están aplicando en el presente y que tienen el objetivo de reducir el impacto de cara al futuro.

Pero cuando hablamos del futuro hablamos de la agenda 2030, un mañana que está muy próximo y que empresas como las que se han sentado en la mesa de HOY ARAGÓN para hablar de sostenibilidad han dejado claro que los objetivos se lograrán antes de la fecha marcada, un mensaje alentador que pone de manifiesto el buen hacer de estas empresas.

Itesal, Avanza y Coca-cola trabajan en sectores totalmente diferentes, pero todas ellas coinciden en que la sostenibilidad es una exigencia que hay que cumplir y que tiene tres ejes importantes sobre los que trabajar: la sostenibilidad medioambiental, la económica y la social.

Sin la sostenibilidad económica no existirían el resto de proyectos que derivan hacia la sostenibilidad ambiental, puesto que «el primer reto que tienen las empresas es conseguir hacerlo sin morir en el intento», asegura René Sanz, Director de sostenibilidad de Itesal. Además la solvencia garantiza poder llevar a cabo esos avances, ya que, como expone Guillermo Ríos, gerente de Avanza, «si no hay sostenibilidad económica no hay inversión, y sin una inversión no hay mejora».

Pero, ¿cómo pueden las empresas lograr ser económicamente sostenibles? Sanz apunta a la economía circular como la herramienta eficaz para poder hacer convivir la sostenibilidad medioambiental siendo económicamente sostenibles y así, en vez de seguir extrayendo materia prima de un planeta que se está quedando sin ella, «hacer un único diseño que permitiera reutilizarse y repararse para poder alargar la vida de ese bien».

No en todo los sectores hablamos de los mismos bienes y de los mismos procesos, por eso en Coca-Cola su línea de trabajo hacia la sostenibilidad se centra en los siguientes ámbitos: sus bebidas, la sociedad, el clima, los envases, la calidad suministro y el agua. Fernando Anel, director de comunicación de la empresa, aclara sobre la importancia de este trabajo que «las empresas desaparecerán si no trabajan hacia ser una empresa sostenible».

Avanza, por su parte, es una empresa que ha tenido un impacto importante en las ciudades por la propia naturaleza de los recursos que consume pero, como explica Guillermo Ríos, es cierto que «si lo mides como el impacto de la actividad es alto, pero si mides como lo que evita la actividad es absolutamente sostenible», ya que el transporte público favorece que haya menos circulación de vehículos privados por la ciudad.

PROYECTOS HACIA LA SOSTENIBILIDAD

Coca-Cola comenzó su estrategia de sostenibilidad en 2014 y actualmente centra sus acciones en la descarbonización, ya que «el 46% de la huella de carbono que dejamos proviene de nuestros envases» puntualiza Fernando Anel. También están comprometidos en cambiar el modelo de servicio, buscando nuevas maneras de hacer llegar su producto, en la innovación de materiales y en «culturizar y sensibilizar a los consumidores de que los envases hay que reciclarlos».

Pero como por el momento no llegan a las emisiones cero, objetivo que la empresa plantea para 2040, hacen un trabajo de compensación del CO2 con la plantación de árboles en diferentes partes del mundo. Anel se muestra optimista ante el reto de la neutralidad de carbono en 2040 y cree que «será posible».

Zaragoza es una ciudad en la que más de 400.000 personas se mueven diariamente en transporte público, lo que hace que Avanza se convierta en una opción sostenible por el propio hecho de reducir el uso del vehículo privado.

Pero la gran apuesta de la empresa de transporte ha sido electrificar la flota, lo que se traduce en 72 autobuses eléctricos, a los que se sumarán 40 más, lo que hará que un tercio de la flota sea eléctrica en un periodo de 2- 3 años, lo que reducirá mucho «las emisiones que son perniciosas para las personas», asegura Ríos.

Pero su sostenibilidad radicará también en convencer a más personas a que hagan uso del transporte público, ya que «a mayor número de viajeros más sostenible será la ciudad».  

Itesal lleva la sostenibilidad en el ADN, puesto que trabaja con un material sostenible en sí mismo ya que es eternamente reciclable, el aluminio. Pero además, la empresa ha creado un producto que han denominado comercialmente Eternalum, un «aluminio reciclado al 100% de post consumo con una bajísima huella de carbono», comenta René.

En su apuesta por la economía circular, René cree que en Europa hay una problemática común y es que, «no deberíamos de cometer el error de quedarnos solamente en que nosotros en Europa no emitimos, pero consumimos bienes que sí emiten mucho».

MÁS PEDAGOGÍA, MÁS CONCIENCIACIÓN

Como punto común, todas las empresas participantes de la mesa concluyen en que son los propios usuarios los que exigen cada vez más que las empresas lleven incorporado en sus acciones la sostenibilidad medioambiental. Pero, a pesar de que esa concienciación es cada vez mayor, se sigue necesitando «sensibilizar y, sobre todo, hacer más pedagogía», concluye Anet.

*Nota del director: Este artículo está incluido dentro del especial ‘Retos de la sostenibilidad’ que realiza HOY ARAGÓN en colaboración con las empresas más punteras del sector.