Andreu Carulla es uno de los grandes nombres del diseño industrial español, además de ser el diseñador de cabecera de El Celler de Can Roca. Su trabajo destila artesanía y sostenibilidad, con trabajos que van desde mobiliario a utensilios de cocina, además de calzado o packaging. Y ahora, el destino ha unido a este creativo con el valle de Chistau con la despoblación como bandera.

Hace unos meses, este diseñador decidió demostrar en el marco del Madrid Design Festival que se puede combatir la despoblación aprovechando el potencial de las nuevas tecnologías con el objetivo de fomentar el trabajo en remoto y contribuir a repoblar la España interior, a la par que se intenta mantener el patrimonio cultural que está en los pueblos y que tiene riesgo de desaparecer.

CHISTAU, EN EL MADRID DESIGN FESTIVAL

Para desarrollar la idea, y poder mostrarla después en la exposición de la Institución Libre de Enseñanza de Madrid, Carulla se fue a Gistaín, o Chistén, en aragonés. Este pueblo de apenas 100 habitantes, está al fondo del Valle de Chistau, a casi 1.400 metros de altura. Y hasta allí se trasladó este creativo durante diez días para reflexionar sobre cómo el comercio electrónico puede ayudar a comunidades que están en riesgo de desaparecer, y en este caso, creando una colección de piezas decorativas utilizando tan solo materiales que se pudieran encontrar en este valle del Pirineo Aragonés, y herramientas que pudiera comprar por internet.

La exposición puede verse en la Institución Libre de Enseñanza / HA

Al llegar al pueblo, les recibió el alcalde, David Bielsa. Y Andreu le pidió dos cosas: un lugar donde trabajar, y madera para fabricar los objetos que formarían parte de la exposición del Madrid Design Festival. El lugar de trabajo lo instaló en una vieja borda, y la madera salió tras cortar un pino seco de 18 metros de altura.

De ese pino, y con las herramientas que adquirió en internet, Carulla creó una gran mesa, un banco y un taburete. En la muestra del Madrid Design Festival, situada en la Institución Libre de Enseñanza, También hay una de las lámparas Tramo que ha creado para el restaurante del mismo nombre, en Madrid, donde la pantalla de algodón reciclado ha sido sustituida por una corteza de árbol, aprovechando así una parte no noble del árbol. También hay unos cuencos de cuero modelados con las borrugas como molde.

Las piezas de la exposición se han realizado con madera de un árbol seco de 18 metros de Gistaín / HA

A diferencia de las producciones industriales, José no corta el árbol entero, porque quiere seguir viviendo de él. Lo que hace es extraer las borrugas, protuberancias naturales de la corteza que ya presentan una forma curva.

En la instalación del Madrid Design Festival además de sus piezas, se reflejan algunas de sus vivencias durante su estancia en el Pirineo Aragonés, mostrando también a algunos de los protagonistas en pantallas y paneles.