Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, más conocido como Benedicto XIII o el Papa Luna, es una de las figuras más importantes de la cristiandad y una figura clave del denominado Cisma de occidente, cuando varios pontífices se disputaron la máxima autoridad. Este año se cumplen 600 años de su muerte en Peñíscola y para rendir homenaje a su figura y dejar constancia de su relevancia histórica se van a celebrar casi dos docenas de actos culturales en su ciudad natal, Illueca. El mecenazgo cultural que llevó a cabo fue extraordinario en tierras de Aragón con las obras que financió en la Seo de Zaragoza o en Calatayud, entre otras. Fuera de su tierra promovió los estudios universitarios en Salamanca y Saint Andrews. 

EL ÚLTIMO PAPA ESPAÑOL

El Papa Luna nació en el castillo familiar de Illueca. Estudió Derecho canónico en la universidad de Montpellier y se dedicó a la docencia durante algún tiempo, labor que abandonó para abrazar la carrera eclesiástica. Gracias a su alto linaje aragonés y la valía demostrada en sus estudios jurídicos le granjearon la confianza del Papa Gregorio XI, que lo designó cardenal-diácono.  

El traslado del Papa desde Aviñón a Roma dio lugar al comienzo del Gran Cisma de Occidente por la oposición del clero francés a dicho traslado y a su muerte fueron elegidos Urbano VI en Roma y Clemente VII en Agnani. El cardenal Luna se posicionó con el segundo. Entre 1378 y 1389 residió habitualmente en España, pero sin abandonar las buenas relaciones con Avignon, por lo que el Papa, correspondiendo a sus servicios le otorgó una décima trienal en sus estados y le autorizó la fundación de la universidad de Perpiñán.  

Tras la muerte del Papa aviñonés sería nombrado para sucederle, adoptando el nombre de Benedicto XIII. La actividad del cardenal aragonés lo hizo famoso fuera de los límites de la Corona de Aragón, e incluso el Papa en Roma, Bonifacio IX (que había sucedido a Urbano VI) alabó su talento y sus méritos. Aunque en el concilio de Perpiñán se declaraba su legitimidad, el posterior concilio de Pisa, en 1409, declaró cismáticos a ambos pontífices y arbitró la elección de un nuevo Papa (Alejandro V) lo que obligaba a renunciar a los dos existentes con anterioridad. Benedicto XIII no aceptó la solución refugiándose en la Corona de Aragón. 

La posterior convocatoria de un nuevo concilio que se celebraría en Constanza en 1414, logró la deposición de dos de los papas y abrió el definitivo aislamiento de Benedicto XIII, obligado a refugiarse en el castillo de Peñíscola. Allí acabaría sus días abandonado por todos, aislado, declarado hereje y excomulgado por el nuevo Papa, Martín V.  

COMPLETA PROGRAMACIÓN

Exposiciones, conciertos, charlas, teatro talleres, libros, la recuperación de la receta de su postre favorito e, incluso, la presentación de un cupón de la Once o la emisión de un nuevo sello de Correos con su figura. La celebración del sexto centenario de la muerte del Papa Luna abarcará todas las disciplinas posibles para ofrecer un completo repaso de su destacada vida. Una completa programación que ha sido presentada en Zaragoza por el alcalde de Illueca, Ignacio Herrero, acompañado por el Catedrático de Historia medieval de la Universidad e Zaragoza Germán Navarro y el jurista illuecano José Javier Forcén, activo reivindicador de la figura del Papa Luna. 

Por parte del edil Ignacio Herrero, “hemos querido darle al Papa Luna la relevancia que se merece conmemorando el 600 aniversario de su muerte que se celebra el 23 de mayo. Es uno de nuestros personajes más ilustres, que influyó en todo el arte mudéjar de Aragón, en el ámbito universitario y otros sectores”. En este mismo sentido, José Javier Forcén ha querido también destacar “que fue una persona honesta e íntegra, además de un auténtico mecenas de las artes y la cultura”.