Montpellier, con más de mil años de historia, sorprende a los visitantes con su vibrante apariencia juvenil. Situada en el soleado sur de Francia, esta ciudad se convierte en un destino ideal tanto para la primavera como para el verano, combinando el encanto bohemio con una rica oferta cultural y artística que la posiciona como una de las ciudades más bellas del país. Su atracción es tal que se ha convertido en un punto de visita obligado para los españoles.

MONTPELLIER: UNA CIUDAD DE TRENES Y TRANVÍAS

Desplazarse por Montpellier es cómodo y eficiente gracias a su red de tranvías, que no solo facilita el transporte sino que también se ha convertido en un símbolo distintivo de la ciudad, protagonista de innumerables postales. Recorrer la ciudad en tranvía permite a los turistas descubrir todos sus rincones sin esfuerzo, disfrutando de cada detalle que Montpellier tiene para ofrecer.

GASTRONOMÍA Y PLACERES PLAYEROS

La gastronomía de Montpellier es otro de sus grandes atractivos. La ciudad ofrece delicias locales como el vino, las aceitunas, las ostras, los grisettes (dulces de miel y regaliz) y las tielles (pasteles de pulpo especiados). Además, su cercanía a la costa permite disfrutar de maravillosas playas, como Palavas-les-Flots, a solo 15 minutos, o la playa salvaje de Villeneuve-lès-Maguelone, a unos 10 kilómetros de distancia. Estas playas son perfectas para quienes desean combinar la vida urbana con el relax del mar.

ÉCUSSON: EL CORAZÓN HISTÓRICO

El centro histórico de Montpellier, conocido como Écusson, debe su nombre a su forma que recuerda a un escudo y está delimitado por los bulevares que ocupan el perímetro de las antiguas murallas. Este área se extiende desde la Place Royale du Peyrou hasta la Place de la Comédie, la plaza más popular de la ciudad. Aquí, los tranvías no tienen acceso, lo que permite conservar el carácter único de sus estrechas callejuelas medievales.

El Écusson alberga la Facultad de Medicina más antigua de Occidente, junto a la imponente Catedral Saint-Pierre. Sus calles están llenas de vida comercial y cultural, con librerías, panaderías, tiendas de diseño y lugares insólitos como la Pomme de Reinette, una tienda de juguetes con más de medio siglo de historia.

ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA

Desde 1977, Montpellier ha apostado por la arquitectura contemporánea, comenzando con el barrio Antigone, diseñado por Ricardo Bofill. Este espacio monumental y neoclásico fue seguido por otros desarrollos como Port Marianne, donde el ayuntamiento azul de Jean Nouvel y el edificio Le Nuage de Philippe Starck destacan por su innovación y sostenibilidad.

La torre-árbol, obra de Sou Fujimoto y otros arquitectos, es la última joya arquitectónica de la ciudad, con su fachada llena de balcones colgantes que ofrece un espectáculo visual único y refuerza el compromiso de Montpellier con el diseño vanguardista.

EPICENTRO CULTURAL Y ARTÍSTICO

Montpellier alberga uno de los museos más importantes de Francia: el Musée Fabre. Fundado a principios del siglo XIX, el museo cuenta con obras de grandes maestros como Rubens y Monet, y una destacada colección de Pierre Soulages. Junto a él, el MOCO – Hôtel des collections y La Panacée enriquecen la escena artística contemporánea.

Además, la ciudad es un referente del arte urbano en el sur de Francia, con obras de artistas locales y murales que decoran sus calles, como los del grupo Mad Art en el Écusson y la ribera del Verdanson. La Oficina de Turismo organiza rutas para admirar estos murales, destacando el arte del graffiti.

MONTPELLIER: UN DESTINO COMPLETO

Montpellier es una ciudad que combina a la perfección su rica historia con una vibrante modernidad, ofreciendo una experiencia única a quienes la visitan. Su ambiente bohemio, su arquitectura contemporánea y su activa vida cultural y artística hacen de esta ciudad un destino ineludible en el sur de Francia. La combinación de tradición y modernidad, junto con su encanto histórico y su escena artística vibrante, aseguran que Montpellier sea un lugar inolvidable para todos los que la descubren.