Si estás buscando un destino para tus vacaciones de verano, te proponemos un lugar que te sorprenderá por su belleza y «mágicas» cualidades. Pals, ubicado en la región de la Costa Brava, en Cataluña, es un encantador pueblo que destaca como uno de los más bellos del Bajo Ampurdán. Su estética encantadora no es su único atractivo, ya que está lleno de misterios y leyendas mágicas que han protagonizado su historia medieval.

A través de su casco antiguo, se pueden descubrir muchos restos históricos, como la masía Ca La Pruna y la impresionante Torre de las Horas, de estilo románico. Un tour recomendado de Civitatis permite a los visitantes explorar estos fascinantes rincones, aunque se advierte que puede no ser adecuado para los más asustadizos.

HISTORIA Y ENCANTO MEDIEVAL DE PALS

El pueblo de Pals se encuentra en un entorno idílico, rodeado de paisajes naturales impresionantes. Desde lo más alto de la Torre de las Horas, los visitantes pueden disfrutar de unas vistas panorámicas espectaculares que abarcan el mar y la campiña circundante. Esta torre, una estructura de piedra bien conservada, es un emblema histórico del pueblo y ha sido testigo de los acontecimientos que han marcado su historia.

Pals tiene uno de los recintos góticos más bellos y mejor conservados del Ampurdán. El casco antiguo es un laberinto de callejuelas empedradas y encantadoras plazas que invitan a perderse y sumergirse en su rico pasado. Pasear por sus calles es como dar un paso atrás en el tiempo, ya que las casas de piedra y las estructuras medievales transportan a los visitantes a épocas pasadas.

JOYAS ARQUITECTÓNICAS

Una de las joyas más preciadas de Pals es la Iglesia de Sant Pere, documentada desde el siglo XI. Reconstruida en 1478 utilizando restos del castillo, esta iglesia es un magnífico ejemplo de mezcla de estilos arquitectónicos. Destacan su cabecera y nave del siglo XV, el portal occidental del siglo XVII y el imponente campanario. Al acercarse a la puerta principal, se pueden admirar las ruinas de la Torre d’en Ramonet, una estructura de 8 metros de altura que añade un toque histórico y enigmático al lugar.

Caminando desde la iglesia, las murallas de Pals nos conducen hacia el Pedró, también conocido como el mirador de Josep Pla. Desde este punto privilegiado, los visitantes pueden deleitarse con unas impresionantes vistas del entorno circundante. La panorámica abarca desde los campos verdes y ondulados hasta el mar Mediterráneo, creando un paisaje de ensueño que combina la belleza natural con la riqueza histórica del lugar.

GASTRONOMÍA Y VINO

En cuanto a su gastronomía, Pals ofrece una deliciosa muestra de la cocina catalana tradicional. Los restaurantes locales sirven platos auténticos que hacen honor a los ingredientes frescos y locales de la región. Uno de los platos más emblemáticos es el «arroz a la cazuela«, un suculento arroz con una mezcla de mariscos frescos y sabrosas carnes. También es famosa la «esqueixada«, una ensalada de bacalao desmenuzado con pimientos y tomates, y las empanadas rellenas de carne o verduras.

En cuanto a los postres, los dulces locales son una verdadera delicia. Los «carquiñoles«, unas galletas crujientes con almendras, son especialmente populares. No hay que olvidar probar el «flaó«, un pastel de queso con hierbas aromáticas, que es una especialidad de la región y una delicia para los paladares más exigentes.

Además de su rica oferta gastronómica, Pals es conocido por sus vinos de alta calidad. Los viñedos que rodean el pueblo producen vinos excelentes, especialmente los vinos tintos y blancos de la región de Empordà. Los amantes del vino disfrutarán de catas y visitas a bodegas locales para conocer más sobre la producción y la historia de estos vinos excepcionales.

SOL Y PLAYA: EL GRAN ATRACTIVO DE PALS Y LA COSTA BRAVA

Pals es un pueblo pequeño pero con un territorio sorprendentemente amplio. Su extensión llega hasta el mar, a casi 6 kilómetros del centro, donde se encuentra la larga Platja de Pals. Esta bonita playa se divide en dos partes: Platja Gran, al sur, y Platja del Grau, al norte.

La Platja de Pals es conocida por su arena dorada y sus aguas cristalinas, perfectas para disfrutar de un día de sol y mar. Además, esta playa es ideal para practicar deportes acuáticos como el windsurf, el paddle surf y el buceo, proporcionando una experiencia completa para los amantes del mar.