La Costa Brava es un destino que es siempre apetecible. Playas, calas, preciosos pueblos costeros, cultura, relax… Esta zona del norte de Calatuña es sinónimo de vacaciones, de aguas azules, de rincones que parecen salidos del paraíso. Estampas dignas de postal.

Cadaqués, Tossa de Mar, Ampurias, Figueras o Peralada son algunas de las localidades más conocidas de esta franja costera. Pero más allá de las zonas y rincones más turísticos y conocidos, también hay pueblos mucho menos concurridos porque no suelen aparecer en todas las guías turísticas.

TAMARIU

Tamariu es un pequeño municipio de aires marineros que pertenece a Palafrugell / Visit Costa Brava

Un buen ejemplo es Tamariu, una pequeña localidad de menos de 300 habitantes que todavía conserva el sabor y la tranquilidad que antaño tenía esta zona. Este pueblo de casas blancas de pescadores aún conserva ese sabor marinero que tanto nos gusta.

Pasear por sus calles, contemplar los pequeños barcos que hay en la orilla o disfrutar de la playa de Tamariu o de la Cala de Aigua Dolce, con sus aguas cristalinas, son algunos de esos pequeños placeres de los que podemos disfrutar en este pueblo.

Si quieres perderte en dos lugares prácticamente vírgenes y de gran belleza, tienes que descubrir la cala Marquesa y la cala de los Genes, más conocida como El Cau. Eso sí, sólo se puede acceder por mar. Y para comer o cenar, en el paseo marítimo hay varios bares y restaurantes para disfrutar de la gastronomía local.

¿Nuestra recomendación? Acercarse por el Clot dels Mussols (Ps. del Mar, 2) para tomar una hamburguesa o una tostada, o al Restaurante Es Portió (calle Bellavista, 22), un restaurante de cocina tradicional elaborada con producto de proximidad, aunque con un toque de actualidad en la que destacan los arroces, mariscos, carnes y pescados.

LLAFRANC

La playa de Llafranc tiene 347 metros de longitud / Catalunya.com

Llafranc es otro de esos pequeños pueblos de la Costa Brava en los que merece perderse. Su playa, amplia y familiar, es su principal foco de atracción. Junto a la playa, el paseo de Cipsela concentra tiendas, bares, heladerías y restaurantes. En uno de los extremos está el puerto deportivo, desde donde comienza el camino de ronda que nos llevará hasta el faro de San Sebastián, un lugar que es uno de los miradores más hermosos de la Costa Brava.

Desde el faro, el camino continua hacia Tamariu.  A la derecha de la playa hay otro camino, más corto y menos abrupto que el anterior, que nos llevará hasta Calella. Frente a la playa hay unos islotes sumergidos, Els Ullastres, que suelen ser frecuentados por submarinistas para disfrutar de su fauna y de las praderas que crecen entre ellos.

A la hora de comer o cenar, tenemos direcciones como el Restaurante Terrassa Terramar (Pg. de Cípsela, 1), con una propuesta gastro elaborada a partir de productos frescos y de la zona. También puedes apuntar el restaurante del hotel Casamar (C. del Nero, 3). Este establecimiento familiar está situado en una zona elevada de la bahía de Llafranc, por lo permite disfrutar de unas fantásticas vistas, y en la cocina, a cuyo frente está el chef Quim Casellas, hay una amplia presencia de los productos del Ampurdán. Además de la carta, tiene varios menús (incluyendo un menú degustación y un menú vegetariano).

PORT DE LA SELVA

Port de la Selva es un pueblo de tradición pesquera / Visit Costa Brava

La última parada la hacemos en Port de la Selva. Se encuentra cerca de Cadaques, a tan solo 30 km de la frontera francesa, en el Parque Natural de Cap de Creus; un espacio natural siempre apetecible gracias a sus calas y a las formaciones rocosas formadas por el azote de la tramuntana.

Perderse por sus calles de casas blancas, o darse un chapuzón en sus aguas cristalinas es una experiencia a la que no deberías renunciar. Port de la Selva es un pueblo de tradición pesquera, con un puerto que está especializado en la captura de gama, aunque también hay una zona dedicada a la navegación deportiva. Algunos de los sitios que deberemos visitar están encaramados a la Sierra de Rodes, donde hay rutas para conocer el castillo de Verdera, el monasterio de Sant Pere de Rodes, o restos de la cultura megalítica. También es recomendable ir andando hasta el Faro de Punta s’Arenella.

En el apartado gastro, entre las direcciones que podemos visitar destaca L’Encesa (carretera de Llançà Km1), un restaurante de mar con cocina de mercado a cuyo frente está el chef Sergi Bas, con una carta basada en los productos de temporada y su toque de brasa. Tiene especialidades como las gambas frescas de Port de la Selva, los mejillones de roca a la brasa, el pulpo del Cabo de Creus a la brasa, las anchoas de L’Escala, el magré de pato l’Empordà, la dorada salvaje, o cualquiera de sus arroces.

También puedes visitar el restaurante Monterrey (Carrer de la Platja, 2,), un lugar especializado en arroces y en pescado y marisco fresco del Cap de Creus, El Celler (Calle Llançà, 8), para disfrutar de su cocina de temporada, y de sus arroces y fideuás, y Cal Mariner (Av. Dr. Moisès Broggi, 2), con cocina tradicional y marinera.