En el Alto Aragón, al norte de la provincia de Huesca y al pie del imponente pico Viñamala, se encuentra el río Ara, el último río virgen del Pirineo. Con apenas 70 kilómetros de recorrido, este río atraviesa una de las zonas de montaña más bellas y con mayor biodiversidad del sur de Europa. Su principal afluente, el Arazas, desciende desde el valle de Ordesa, el protagonista indiscutible del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Este enclave es, además, una Reserva de la Biosfera, un Geoparque Mundial y Patrimonio de la Humanidad.

AÍNSA: UN PUEBLO CON HISTORIA

A orillas del Cinca, donde el Ara vierte sus aguas, se encuentra Aínsa, la capital del legendario reino de Sobrarbe. Pasear por sus estrechas calles, admirar los curiosos llamadores de las puertas y la triangular plaza Mayor, es como retroceder varios siglos en el tiempo. No te pierdas la iglesia románica de Santa María y las vistas desde su imponente fortaleza. Aínsa ha conservado intacta su estructura medieval, ofreciendo un auténtico viaje al pasado.

BOLTAÑA: CASONAS Y NATURALEZA

Siguiendo el curso del Ara, la carretera N-260 nos lleva hasta Boltaña. Este encantador pueblo medieval destaca por sus nobles casonas de piedra y su plaza Mayor presidida por una antigua fortaleza de origen musulmán. En verano, refrescarse en la poza natural de La Gorga es una experiencia inigualable. También vale la pena visitar el aislado pueblo de Morillo de Sampietro, que conserva un excelente ejemplo del románico rural. La belleza de Boltaña y su entorno es inigualable, ofreciendo una conexión única con la naturaleza y la historia.

AVENTURA EN EL RÍO: RAFTING EN EL ARA

A medida que se asciende por el valle, la carretera serpentea a través del bosque y el estrecho congosto de Jánovas, un lugar marcado por la lucha contra la construcción de un embalse que amenazaba con inundar el valle. Hoy, el río Ara, libre y salvaje, es perfecto para el rafting. Empresas locales como Aguas Blancas y Agua y Nieve ofrecen emocionantes descensos por sus aguas bravas. Esta actividad no solo proporciona una descarga de adrenalina, sino que también permite disfrutar de la impresionante belleza natural del valle.

FISCAL Y ASÍN DE BROTO

Los pueblos ribereños del Ara son ricos en arquitectura popular del Alto Aragón. En Fiscal, destaca el famoso Batán de Lacort, y en Asín de Broto, su tradicional esconjuradero, una construcción usada para rituales. Sarvisé, Broto y Oto también merecen una visita por sus encantos naturales y arquitectónicos. Cada uno de estos pueblos ofrece una visión única de la vida y las tradiciones locales, con un toque de misticismo y encanto rural.

TORLA: LA PUERTA DE ENTRADA AL PIRINEO

Desde Torla, la puerta de entrada al corazón del Pirineo aragonés, se puede acceder a dos de los valles más impresionantes de Europa. El primero es el valle glaciar de Bujaruelo, donde el río Ara desciende desde su nacimiento rodeado de bosques de hayas, pinos y abetos, y con el Viñamala como telón de fondo. Aquí, no es raro ver quebrantahuesos y rebecos, o cruzar el puente románico de San Nicolás de Bujaruelo, un antiguo ramal del Camino de Santiago. Este valle es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la fauna pirenaica.

ORDESA Y LA CASCADA COLA DE CABALLO: IMPRESDINCIBLE EN LA RUTA POR EL ARA

El valle de Ordesa, parte del Parque Nacional desde hace más de 100 años, es un paraíso de relieves glaciares, bosques infinitos y una rica biodiversidad. Su sendero más conocido lleva hasta la cascada Cola de Caballo y el circo de Soaso, presidido por el Monte Perdido. Esta ruta es la culminación perfecta de una visita a este espectacular rincón del Pirineo. Además de su belleza natural, Ordesa ofrece una red de senderos bien trazados que permiten a los visitantes explorar sus numerosos encantos a pie.

DÓNDE DORMIR

Para alojarse, el Hotel Barceló Monasterio de Boltaña, un monasterio del siglo XVII remodelado, es una opción excelente en Boltaña. En Torla, el Hotel Silken Ordesa y el Hotel Edelweiss ofrecen buenas instalaciones y vistas panorámicas a las montañas. Estos alojamientos combinan comodidad y tradición, brindando una estancia memorable en el corazón del Pirineo aragonés.

DÓNDE COMER

En Aínsa, el restaurante Callizo, con una estrella Michelin, ofrece una cocina ‘tecno-emocional’ de montaña. En Boltaña, Casa Coronel destaca por sus menús de proximidad con un toque innovador. En Torla, el restaurante El Duende es una apuesta segura con su carta basada en productos locales. Estos restaurantes no solo deleitan con sus platos, sino que también permiten disfrutar de la gastronomía típica del Sobrarbe.

Visitar el valle del Ara y sus alrededores es sumergirse en la naturaleza, la historia y la cultura del Pirineo aragonés. Una experiencia única que no te puedes perder estas vacaciones.