Ubicado en las proximidades del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Broto emerge como una joya entre las montañas pirenaicas. Junto al río Ara, este pueblo cautiva a sus visitantes con su belleza natural y su patrimonio cultural. A 30 minutos a pie del pueblo encontramos la cascada de Sorrosal, un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza con los más pequeños.

El corazón de Broto late al ritmo de la naturaleza, ofreciendo a los aventureros una amplia gama de actividades al aire libre. La cascada de Sorrosal, con su caída de agua, es un punto de partida ideal para explorar la región. Además, la cercana Vía Ferrata de Sorrosal proporciona una experiencia emocionante para los más intrépidos.

BROTO

Pero Broto no solo encanta a los amantes de la naturaleza; también seduce con su arquitectura tradicional y su historia palpable. La Casa del Valle y la iglesia de San Pedro Apóstol son solo algunos ejemplos de su rico patrimonio arquitectónico, que transporta a los visitantes a épocas pasadas.

Adentrarse en las calles de Broto es como retroceder en el tiempo. El río Ara fluye serpenteante, dividiendo el pueblo en dos barrios que se conectan a través de un puente gótico. Este escenario idílico se ve complementado por un entramado urbano que alberga una valiosa colección de edificios históricos, testimonio vivo del rico patrimonio del lugar.

ARQUITECTURA E HISTORIA

La Casa del Valle, con su torre defensiva del siglo XVI, es uno de los edificios más emblemáticos de Broto. A lo largo de los siglos, ha servido como cárcel, conservando en sus oscurecidas paredes los grabados realizados por los prisioneros como escape al tedio de su encierro. Este monumento arquitectónico es un recordatorio de la historia tumultuosa de la región.

La iglesia de San Pedro Apóstol, por su parte, es una joya arquitectónica que llama poderosamente la atención. Construida en el siglo XVI, destaca por su imponente torre almenada y una bellísima portada esculpida, coronada por un arco de medio punto. Situada en lo alto de una ladera, la iglesia ofrece unas vistas panorámicas sin igual del valle, constituyendo uno de los muchos atractivos de esta localidad.

ORDESA Y MONTE PERDIDO

Pero es el monumento natural que resguarda esta villa lo que verdaderamente la distingue. Rodeada de imponentes montañas y exuberante vegetación, Broto es el punto de partida ideal para explorar la belleza del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Sus senderos serpenteantes y sus miradores panorámicos ofrecen a los visitantes la oportunidad de sumergirse en un paisaje de ensueño.

LA CASCADA DE SORROSAL

La cascada de Sorrosal, uno de los tesoros naturales de Broto, brinda una experiencia inolvidable a aquellos que se aventuran a descubrirla. Con tan solo 3 kilómetros en sentido ida y vuelta, esta ruta es ideal para hacer en compañía de toda la familia. Durante la época de lluvias, la cascada alcanza su máximo esplendor, ofreciendo un espectáculo visual impresionante que deja sin aliento a quienes la contemplen.

QUÉ VER CERCA DE BROTO Y DE LA CASCADA DE SORROSAL

Pero la naturaleza de Broto no se limita a la cascada de Sorrosal; el pueblo es un paraíso para los amantes del senderismo, la escalada y otras actividades al aire libre. La Vía Ferrata de Sorrosal, que parte desde la misma cascada, es un desafío emocionante que lleva a los aventureros a través de puentes colgantes, zonas verticales y una pequeña cueva, todo ello rodeado de cascadas y paisajes impresionantes.

A las afueras de la localidad, se encuentran otros lugares de interés que completan su rica oferta cultural y patrimonial. La ermita de la Virgen de Morillo y la ermita de San Blas son dos ejemplos destacados. Además, el museo de Zaragoza alberga un retablo de gran relevancia que originalmente se encontraba en la ermita de San Blas, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de apreciar esta obra maestra del arte sacro.

Broto es un lugar donde la naturaleza y la historia se fusionan para crear una experiencia inolvidable. Con accesos desde Huesca, Zaragoza y Pamplona, este pueblo pirenaico espera a quienes buscan desconectar de la vida moderna.