Sensaciones extrañas, ardor en el cuerpo, apariciones de seres queridos fallecidos, visión de la vida pasar, anomalías electromagnéticas, gente que sale corriendo, desmayos… Al acercarse a San Benito de Orantes, nadie diría que esta ermita situada entre Jaca y Sabiñanigo y aislada del mundo es el destino de miles de personas atraídas por sucesos extraños que nadie sabe explicar.

San Benito de Orantes es una ermita de origen románico que está considerada uno de los puntos mágicos del Pirineo Aragonés por muchos motivos. Incluso el programa de televisión Cuarto Milenio, en el que colabora el aragonés Nacho Navarro, se ha hecho eco del efecto que este lugar tiene en las personas que lo visitan,

EL CENTRO DE UNA RED DE TEMPLOS BENEDICTINOS

La ermita está justo en el centro de una red con cinco templos benedictinos creados en el siglo XI por el rey Sancho Garcés, con puntos tan importantes como los monasterios de San Juan de la Peña, Leyre, Ballarán y Erata. Orantes, era el centro de esa red que buscaba combatir el paganismo que proliferaba en la zona.

Parte de ese paganismo, representando el culto al sol, está presente gracias a que el templo tiene orientación hacia el este: en los equinoccios de primavera y otoño, el sol entra en el interior del templo por una pequeña aspillera. Precisamente, en primavera se celebra la fiesta de San Benito, congregando a gran número de personas que asisten para encender la hoguera en honor al santo.

Concretamente, en el equinoccio de primavera se celebran los Actos de San Benito, que llegan a congregar a un buen número de personas y se efectúa el encendido de la “gran hoguera de San Benito”.

Hay expertos que señalan que, al margen de las fuerzas telúricas que allí dicen que se detectan, es probable que se construyera para cristianizar un lugar que era sagrado desde hacía 4.500 años, ya que allí se levantaba un viejo dolmen. También se dice que la zona donde se levanta la actual ermita, era un observatorio solar en época prehistórica.

Dicen que la ermita está rodeada de leyendas y de misterio. Se habla de fuerzas telúricas, de presencias palpables, de nieve que no cuaja jamás en el entorno de la ermita (aunque en Youtube hay un vídeo de una nevada de 2023)…

Entre esos testimonios que hablan de cómo afecta el lugar a las personas que lo visitan, destaca la de Nacho Navarro, quien entró en la ermita durante un programa de Cuarto Milenio y sintió esos efectos extraños en su cuerpo. «Fue como si todo mi cuerpo se fuera hacia el subsuelo, y sentía como si me clavaran una aguja en la oreja», explicaba el aragonés durante la emisión de aquel programa. Navarro también contó en dicho programa que había visto «gente salir corriendo, o gente que se ha visto la vida de manera inversa, hasta aparecer en el vientre de la madre».

Más allá de las presencias y de lo que cada uno percibe cuando entra en la ermita y se sienta en su interior, la ciencia dice que en este edificio se registran mediciones electromagnéticas disparadas ¿Una explicación suficiente para que tanta gente cuente que ha sentido cosas extrañas allí.

Unos dicen que es sugestión, otros, no sienten nada más allá de la paz que transmite el lugar. Hay quien siente sensaciones extrañas, dolores de cabeza e incluso mareos y desmayos cuando se sientan en su interior.

Ahí, cada uno puede creer o no creer. Lo que está claro es que desde hace más de 20 años, hay una peregrinación popular desde muchos puntos de España para conocer la ermita y ver lo que se siente al sentarse entre sus muros. Y aunque no sientas nada, siempre podrás disfrutar del entorno y de las vistas: al estar situada en el Cerristón de Orante, a más de 900 metros de altitud, se pueden divisar hasta 42 pueblos.