Granadilla, un pintoresco pueblo estratégicamente ubicado en un promontorio sobre el río Alagón, en la provincia de Cáceres, Extremadura, se erige como un verdadero testimonio de la riqueza histórica y la belleza natural de la región. Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980, este enclave defensivo ha resistido el paso del tiempo y nos invita a explorar sus murallas, su imponente torre castillo y la majestuosa Iglesia Parroquial de La Asunción.

Las huellas de la historia de Granadilla son palpables en cada calle empedrada y en cada rincón de este pueblo fortificado. Sus murallas perimetrales, que datan de épocas pasadas, se alzan como testigos silenciosos de su pasado militar y defensivo. Estas estructuras defensivas, que han sobrevivido al paso de los siglos, son un recordatorio de la importancia estratégica que tuvo un día el pueblo abandonado de Granadilla.

La imponente torre castillo de Granadilla, que se alza majestuosa en el horizonte, es otro de los tesoros históricos que el pueblo atesora. Esta estructura, que se encuentra en un notable estado de conservación, permite a los visitantes retroceder en el tiempo e imaginar la vida en épocas medievales.

La Iglesia Parroquial de La Asunción es un testimonio de la devoción religiosa que ha impregnado la vida de los habitantes de Granadilla a lo largo de los siglos. Su arquitectura religiosa tradicional y las valiosas obras de arte que albergan nos transportan a tiempos pasados, cuando la fe era un pilar fundamental de la vida cotidiana.

Granadilla no solo es un destino turístico, sino también un ejemplo de cómo la preservación del patrimonio histórico puede ir de la mano con el desarrollo sostenible. El pueblo forma parte del Programa de Recuperación y Utilización Educativo de Pueblos Abandonados (PRUEPA), una iniciativa que busca revitalizar pueblos que alguna vez estuvieron en peligro de desaparecer.

Gracias al PRUEPA, Granadilla ha conservado su autenticidad y se ha convertido en un lugar de interés para los amantes de la historia y la cultura. Los visitantes son bienvenidos a explorar sus calles empedradas, sus monumentos históricos y su belleza natural. El acceso al pueblo es libre y gratuito, siempre y cuando se respeta la actividad del programa y se firman las indicaciones del personal.

Dentro de las actividades y servicios que ofrece el PRUEPA en Granadilla, destacan las visitas guiadas. Los visitantes tienen la oportunidad de explorar el pueblo de la mano de guías-informadores, quienes comparten conocimientos sobre la historia y los puntos de interés del lugar. Esta experiencia enriquecedora permite a los visitantes sumergirse por completo en la historia de Granadilla.

Para llegar a Granadilla, existen dos opciones principales de acceso desde localidades cercanas. La primera opción es tomar la carretera local CC-218 desde Zarza de Granadilla, una ruta que ofrece una conexión fluida y segura con el pueblo. La segunda opción es la carretera CC-222, que pasa por Abadía y conduce también a Granadilla. Estas vías de acceso facilitan que los viajeros lleguen al pueblo de forma cómoda y rápida.

Granadilla, aunque en su día se destacaba por su carácter defensivo, hoy es un refugio para aquellos que buscan sumergirse en la historia y la belleza natural de la región. Las casas de arquitectura tradicional y las calles empedradas invitan a pasear tranquilamente, mientras que las vistas panorámicas desde el promontorio son impresionantes.

Para aquellos que desean disfrutar de la naturaleza virgen que rodea a Granadilla, el pueblo ofrece rutas de senderismo y espacios donde se puede apreciar la belleza del entorno natural.