Los helados están ya dentro de nuestra dieta durante todo el año. Pero es ahora en verano cuando recobran su protagonismo, y se vuelven imprescindibles como postre después de comer, o para tomarlos mientras damos un paseo por el centro de la ciudad. Hay heladerías como los Italianos, Ferrara o Presko que son un clásicos que siempre debemos tener en la memoria.

Pero además, hay otras heladerías que debemos tener en cuenta. Por acabar de ser reformadas, por haber recibido un Solete de Repsol, porque han sido recientemente inauguradas, o porque tienen sabores realmente diferentes.

Comenzamos nuestra tourné más refrescante por Tawhito, una heladería artesana que ha abierto en la céntrica calle de San Miguel de Zaragoza. Muchos la conoceréis por su local de la calle Arzobispo Morcillo, y este año, ha abierto tienda en la calle de San Miguel. Además, es una tienda muy especial, ya que está repleta de objetos y muebles de antiguas heladerías que su propietario, Ricardo González, ha ido adquiriendo. Además de los sabores más tradicionales, aquí es posible probar novedades como el helado de caramelo a la sal.

Helados hechos en Aragón, sin aditivos ni preparados artificiales / Elarte

Piccola Italia (paseo de la Independencia, 31) es otra de esas direcciones imprescindibles en el mundo de los helados en Aragón. Aquí ofrecen los helados Elarte, elaborados artesanos elaborados a los pies de la Sierra de Guara, en Bierge. Y la revista ‘Arte Heladero’ ha incluido al creador de estos helados, Aitor Otín, entre los 13 heladeros de excelencia en España. Además, este año 2023 este maestro heladero ha conseguido un Sol de verano en la Guía Repsol. Entre sus helados imprescindibles, hay sabores como el de uva Gewürztraminer, o el de regaliz de palo, que son pura maravilla.

Esta heladería italiana lleva casi un siglo en Zaragoza / Fuorli

Los helados italianos Fuoli son todo un clásico en la ciudad. No en vano, fueron creados por un ciudadano italiano, Angelo Fuoli, hace más de 90 años. En la actualidad, con la quinta generación, ha sido reconocido por la Guía Repsol con uno de sus Soletes. Tienen varias tiendas por la ciudad, en Delicias, Calle Don Jaime,  César Augusto, Plaza de Sas y Fernando El Católico. Y sus helados siguen haciendo gala de la tradición, con clásicos como el tutti frutti, y con innovaciones como el kéfir con garnacha.

Esta heladería ha vivido una completa reforma / Tortosa

Para acabar, lo hacemos en Tortosa, otro de los clásicos de la calle Don Jaime que lleva endulzando la vida de los zaragozanos desde 1935. Y desde el pasado mes de marzo, Tortosa ha ampliado local al alquilar el local que hace chaflán con la calle Espoz y Mina. Eso le ha permitido a Noelia Gericó, la propietaria y chef, crear una zona llena de color con mesas de distintas alturas, e incluso sofás. Este nuevo espacio les ha permitido, además de servir sus helados, crear una carta de cafés, batidos, smoothies, e incluso gofres y crepes. Respecto a sus sabores, además de los clásicos, hay propuestas como el de cabrales con nueces, el milhojas, o el capricho de mayo (chocolate negro, mermelada de naranja, zanahoria, nueces y 100% sin azúcar).