La restauración zaragozana no para de darnos alegrías con nuevas aperturas. La última novedad, es la apertura de un nuevo restaurante del Grupo Laminero. Tras el éxito de locales como Señor Cachopo o Birabola, este grupo gastronómico acaba de inaugurar Delirio, un restaurante que pretende ser un homenaje a la tierra y al arte de nuestro pintor más universal, Francisco de Goya.

Delirio está situado junto a la Avenida de Goya, en el número 2 de la calle Baltasar Gracián, en el mismo local que este grupo tenía la pizzería The Moonkey’s. Y su apertura se produce coincidiendo casi por casualidad con la semana que rinde homenaje al pintor de Fuendetodos.

La decoración del local se inspira en la época de Goya / Delirio

El restaurante, la nueva apuesta empresarial de este grupo empresarial liderado por Luis Martín, Jorge Mata y Aldo Sorrosal, tiene una ambiente inspirado en la época barroca, combinando una gastronomía transgresora y casual, aunque sin perder de vista los clásicos de toda la vida.

En Delirio se ha utilizado la fuerza, el color y la belleza de la pintura y la escultura como elementos principales de una decoración protagonizada por los juegos de pinturas al óleo, cuadros interactivos o atuendos de épocas pasadas gracias a la ropa del personal… Las sorpresas no paran de sucederse desde que se accede al local entre obras, garabatos y antigüedades de época goyesca, gracias a la música, o incluso por el olor de las obras de arte que decoran sus paredes nos trasladarán al pasado.

La carta está repleta de presentaciones cuidadas al detalle / Delirio

Esta ambientación inspirada en Goya y su época enmarca un concepto gastronómico plasmado en una carta creada por Edu Comín, asesor gastronómico y profesor en la escuela TOPI, junto a José Rubio. la carta se mueve entre el arte virtual y la gastronomía y que ha sido diseñada para sorprender, con sugerencias que van desde un cuadro creado con carpaccio de ternera, a pincelitos de foie rebozados en frambuesa.

Tampoco podemos olvidarnos del ‘Grabado taurino’, hueso de vacuno y su tuétano con trompetillas negras, láminas de entrecot madurado a la parrilla y salsa española. Entre las laminerías, tampoco faltarán propuestas como un postre de tiramisú que deberá “crear” el propio cliente.