Más de 390.000 comensales cada año, mejor restaurante de Francia según la guía Gourmand, premio Guinnes de los Récords por tener la mayor colección de quesos en un restaurante del mundo,  torre de bogavantes, mostradores interminables, 50 toneladas de ostras servidas al año, 220 empleados, 300 referencias, primer restaurante de Francia por facturación con 25 millones de euros…

Las cifras y la amplia selección de platos disponibles en Grands Buffets abruman. Casi tanto, como el ambiente que respiras cuando lo pisas por primera vez. Este restaurante está situado en Narbona, una encantadora ciudad francesa situada a cuatro horas en AVE desde Zaragoza, muy cerca de Montpellier.

Abrió hace más de tres décadas, y aunque hubo rumores de que podía cambiar de ubicación, e incluso de ciudad, lo cierto es que se queda en Narbona tras invertir 5 millones de euros en los últimos años para potenciar la tradición culinaria francesa y rendir homenaje a Auguste Escoffier y a los servicios de mesa más clásicos en un ambiente de palacio.

FAMOSO EN ESPAÑA GRACIAS A MASTERCHEF

El Salón Doré fue construido durante la pandemia / Les Grands Buffets

En España se hizo famoso cuando Masterchef, el talent show de La 1, grabó allí uno de sus programas. Desde entonces, son decenas de miles los españoles que ha viajado hasta esta ciudad de Occitania para descubrir esta fantasía de la gastronomía.

Lo primero que sorprende al entrar en este restaurante es el espacio. Porque este restaurante no se parece en nada a cualquier buffett que hayas podido probar. Ni por el ambiente, ni por la decoración, ni por supuesto, por la comida. En España, los buffets están un poco devaluados. Pero en Francia, son el máximo exponente de su gastronomía, ya que eran ofrecidos por los reyes franceses en Versalles en las recepciones que celebraban. Y precisamente, eso es lo que quiere transmitir este restaurante, con esa recopilación de recetas tradicionales francesas servidas en grandes salones y en mesas con candelabros.

Antes de meternos de lleno en la comida (donde anticipamos que hay ostras, langostas y platos franceses a mansalva), hablemos del espacio físico. Porque a las distintas estancias del Les Grands Buffets no les falta un detalle. Flores, muebles espectaculares, lámparas de araña doradas, candelabros Luis XVI, vajillas de Vista Alegre, relojes centenarios, grandes espejos, uno de los mapas conservados más antiguos, mucho arte, decoración en cualquier rincón… Nadie diría que esté restaurante está en las afueras de Narbona, en un edificio acristalado en el que también hay una bolera, una piscina o un pub,

En su interior, está todo pensado para hacernos pensar que estamos asistiendo a un banquete en un antiguo y deslumbrante palacio francés. Basta decir que en el restaurante hay más de cuatro toneladas de mármol, incluyendo mármol rojo de Caunes, un tipo de mármol que se puede encontrar en lugares como el Palacio de Versalles. Allí, nada es de cartón piedra, todo es auténtico, proveniente de anticuarios y de expertos artesanos.

Entre los espacios, destaca Le Salon Doré, dedicado al fabulista Jean de La Fontaine, una nueva zona recién inaugurada de aires versallecos que cuenta con una decoración compuesta de más de 18.000 hojas de oro. En las paredes de esta sala hay pinturas inspiradas en las obras de Jean-Baptiste Oudry, un famoso ilustrador en el siglo XVIII de las fábulas de La Fontaine. El trabajo en esta sala ha sido ejecutado por restauradores que han trabajado en lugares emblemáticos como el Palacio de Versalles. También hay una carpa, repleta de espejos dorados, candelabros y y grandes lámparas de araña, que se inspira en las que montaban los reyes franceses en el campo de batalla.

Le Palais des Glaces / Les Grands Buffets

La otra estancia que llama la atención es Le Palais des Glaces, repleto de espejos dorados, mármol, frescos y molduras que tratan de evocar la atmósfera de las grandes casa parisinas. Allí, dos profesionales ofrecen especialidades caseras de helado, reproduciendo según la tradición los grandes clásicos de la copa de helado. Aunque quizás, al hablar de los postres, no estamos adelantando a lo que realmente importa: la comida.

QUÉ COMER EN LES GRANDS BUFFETS

Realmente, la oferta es sencillamente inagotable. Y no es ninguna exageración. Nunca habrás visitado un buffet con semejante oferta (y tan bien presentada), En los lineales y expositores hay ostras, caviar, langostas, más de un centenar de quesos, nueve foies artesanos, además de muchas de las recetas que han hecho famosa a la cocina francesa a lo largo y ancho del mundo.

En total, hay más de 300 referencias, con 45 platos elaborados al momento y 96 variedades de postres. Todo en plan buffet, rindiendo homenaje a la cocina francesa del siglo XIX, la del maestro Auguste Escoffier, una autoridad en el panorama gastronómico galo e internacional.

El precio para comer en Les Grands Buffets es sencillamente espectacular, ya que cuesta tan solo 57,90 euros para los adultos, aunque la bebida no está incluida en el precio. Aún así, los precios de cada botella salen realmente bien, dado que son a precio de bodega. Y eso, se nota en la cuenta final. Los niños entre 6 y 10 años pagan 28,90 euros, y los menores de 6 años, no pagan nada.

Tratándose de un restaurante de alta cocina francesa, en la oferta del restaurante no podía faltar La Rôtisserie, un inmenso asador panorámico donde se cocinan los platos al momento, con especialidades como la “Coquille Saint Jacques Gratiné”, o los “Vol au Vent” de ris de Veau et Morilles.

Entre las especialidades de la cocina francesa, no hay que dejar de probar el Canard au Sang, o pato a la sangre, un plato en peligro de extinción que está considerado patrimonio nacional en Francia y que está protegido, por lo que cualquier restaurante que quiera incluirlo en su carta debe obtener primero obtener una certificación oficial y seguir al detalle el proceso sin ningún tipo de variación.

De esta manera, el plato es preparado y presentado ante los clientes, respetando el ritual ancestral de los Maîtres Canardiers. Los cocineros de Les Grands Buffets fueron formados especialmente por el Consulat des Canardiers de Rouen, el único centro que permite preparar este plato en Francia. La puesta en escena de este plato incluye apagar las luces y que salga una ‘procesión’ con música, en la que sale una camarera con el pato ensartado en plan estandarte, como paso previo a la preparación del plato. En ese ritual, destaca una prensa plateada en la que se exprime la carcasa del pato para extraer su jugo y poder preparar esa salsa.

Las ostras, un clásico de la gastronomía francesa / Les Grands Buffets

La Liévre a la Royale es otra de las joyas de la gastronomía francesa que podemos probar en este restaurante, además del Foie gras escalfado en su caldo de boletus, una de las recetas más refinadas del restaurante. O el entrecot de carne madurada o el cochinillo,

Los amantes del marisco, no pueden dejar de visitar La Mer, donde una espectacular Cascada de Bogavantes, preside “Le Plateau Royal”, una selección de productos del mar, entre los que hay ostras de Thau, langostinos, gambas, almejas, mejillones, cangrejo de mar y delicatesen variadas, con seis variedades del auténtico salmón de Noruega.

Es el restaurante con más quesos del mundo / Les Grands Buffets

Y si te gusta el queso, este restaurante posee el reconocimiento del Guinness World Records, por la mayor colección de quesos en un restaurante del mundo. En total más de 120 quesos dispuestos en un lineal de 30 metros abastecido a diario por un equipo de cuatro personas con 500 kilos de quesos de medio mundo.

Además de los quesos franceses, en esta selección también hay quesos españoles como el Manchego, Tomme Catalane, Cabreles, el Queso de oveja con ajo negro y el Lúpulus de Formatges Muntanyola, Y además, se toma a la francesa, es decir, acompañados del mejor Champagne Mercier de “Moët &
Chandon.

Si has llegado a este punto con hambre, nada mejor que dejarse seducir por la zona de postres, con algunas de las recetas más icónicas de la repostería francesa, elaboradas diariamente por un maestro de repostero. En esta zona con 120 postres destaca una gran fuente de chocolate, además de decenas de tartas, macarons, eclairs, crêpes suzette, , babas de varios tamaños, tarta tatin o la gran estrella, la tarta Saint Honoré… Tampoco hay que dejar de visitar el Palais des Glaces, o palacio de los helados, con los mejores helados expuestos entre mármoles, donde también es posible pedir un ‘trou normand’, un sorbete fe manzana algo potente, el Colonel.

Si hablamos del vino, la bodega de Les Grands Buffets tampoco se queda atrás con respecto a la comida. En su bodega hay una selección de más de 170 referencias de vinos y champagnes procedentes de Borgoña, Burdeos y la Cote du Rhone, además de vinos de la región de Occitanie, todos servidos en copa o botella a precio de bodega. Como ejemplo, un vino que se vende a 30 euros la botella en Le Gran Buffet, cuesta más de 600 euros en el restaurante de la Torre Eiffel. El rango de precio de los vinos que se pueden pedir oscila entre los 17 y los 1.200 euros.