El Hospital de Santa Cristina, ubicado en la cima del Somport en los Pirineos, se ha destacado históricamente como uno de los tres hospitales más importantes del mundo, junto a los de Jerusalén y el Gran San Bernardo. Fundado en el siglo XI, este hospital alcanzó una fama extraordinaria por su crucial papel en la ruta del Camino de Santiago, siendo un refugio vital para los peregrinos que cruzaban el peligroso paso de los Pirineos.

El Códice Calixtino, atribuido a Aymeric Picaud, reconoce al Hospital de Santa Cristina como un lugar sagrado y esencial en la peregrinación a Santiago de Compostela. Este documento del siglo XII lo cita como un sitio de recuperación para los viajeros, ofreciendo descanso, alivio y salvación. Su lema, Unum Tribus Mundi, refleja su estatus como uno de los tres principales hospitales del mundo en esa época.

El hospital no solo servía como refugio, sino también como centro de atención médica y espiritual para los peregrinos cansados, hambrientos y enfermos que habían enfrentado las duras condiciones del Sommus Portus. Documentos históricos indican que fue apoyado y protegido por nobles aragoneses, incluyendo donaciones de Pedro I, rey de Aragón, y los vizcondes de Bearne.

El hospital experimentó una decadencia a partir del siglo XIV, marcada por disputas internas y una disminución en sus rentas. Esto, sumado a la aparición de rutas alternativas a través de los Pirineos, como la de Roncesvalles, redujo significativamente su relevancia.

La historia del hospital se vio marcada por un trágico incendio en 1706, que dejó el edificio en ruinas. Aunque hubo esfuerzos de reconstrucción, el proceso de desamortización en 1835 resultó en su desaparición definitiva.

Hoy, las ruinas del Hospital de Santa Cristina, situadas cerca de la antigua central eléctrica de Candanchú en el Puente de Santa Cristina, son un testamento silencioso de su pasado glorioso. Los restos de este emblemático hospital son un recordatorio de la importancia histórica y cultural que tuvo en la ruta del Camino de Santiago, ofreciendo un vistazo a la rica historia de los peregrinos y su paso por los Pirineos.