En Bad Ems, Alemania, arqueólogos desenterraron la primera evidencia arqueológica de pila fossata, una táctica defensiva romana utilizada en el siglo I d.C. para proteger fortificaciones en la frontera del Rin. Las afiladas púas de madera, descubiertas en el castellum de Blöskopf, proporcionan una visión tangible de las estrategias defensivas descritas en fuentes escritas, como las utilizadas por Julio César durante el asedio de Alesia.

Los conservadores de la Universidad Goethe de Fráncfort revelaron estas bien conservadas púas, destacando las condiciones únicas del suelo que contribuyeron a su preservación. Markus Wittköpper, experto en conservación del Centro Leibniz de Arqueología, describió la excepcional conservación gracias a la humedad del suelo y la falta de oxígeno bajo densos sedimentos.

EL ARMA DE LOS LEGIONARIOS

El castellum en cuestión, parte del complejo defensivo bajo el mandato del emperador Claudio, era uno de los más pequeños, pero su importancia radicaba en ser un testimonio tangible de las tácticas romanas en Germania Superior. El pretor Quinto Curcio Rufo, encargado de buscar minas de plata cercanas, recibió un triunfo a pesar de la escasa cantidad de metal encontrado, según relata el historiador romano Tácito.

Los legionarios, agotados por las labores mineras, enviaron quejas irónicas al emperador sobre la facilidad de obtener triunfos por adelantado en comparación con la ardua tarea de excavar zanjas y túneles en busca de una plata apenas valiosa. El campamento minero más grande, ocupando 8 hectáreas, demostró la magnitud de estos esfuerzos, resguardando a 3.000 legionarios detrás de pila fossata y una robusta muralla de tierra y adobe.

EL HALLAZGO ARQUEOLÓGICO

Este hallazgo arqueológico arroja luz sobre la vida y estrategias de los legionarios romanos en la frontera del Rin, proporcionando una conexión tangible entre las fuentes escritas y la evidencia física.