En el corazón de Lugo, a meros cuatrocientos metros, se despliega una narrativa visual que abarca desde la cultura castreña hasta el imperio romano. Dos murales, la guerrera castrexa de Manuel Pallín y el aclamado Julio César de Diego AS, se encuentran en armonía, observando la majestuosa muralla que envuelve la ciudad desde tiempos inmemoriales. Dos perspectivas contemporáneas convergen para conectar con un pasado que perdura.

El reciente mural en Ronda da Muralla 158, obra de Manuel Pallín, busca convertirse en un nuevo ícono urbano, siguiendo los pasos del reconocido Julio César de Diego As, galardonado como el mejor grafiti del mundo en 2022. La ciudad aguarda con expectación, preguntándose si la valiente guerrera castrexa también conquistará la escena internacional en 2024.

El compromiso del Concello de Lugo, iniciado en 2021, destaca la importancia de la cultura castreña en la identidad local. La alcaldesa, Lara Méndez, enaltece la unidad histórica durante el festival Arde Lvcvs, subrayando la necesidad de mostrar al mundo que Lugo es la suma de sus predecesores.

Estos murales, parte del proyecto Núcleos Urbanos, no solo embellecen la ciudad, sino que también respetan su estatus como Patrimonio de la Humanidad. El cuidado en la elección cromática, evidente en ambos casos, resalta la integración armónica en el entorno monumental de la muralla romana.

La colaboración con expertos del Museo Provincial de Lugo dotó a los artistas de información detallada para representar con autenticidad elementos característicos en las obras. La nueva creación de Pallín, un retrato cinematográfico de una guerrera castrexa en un bosque misterioso, evoca el pasado ancestral que la muralla protegía.

Además, el grafiti no solo celebra el pasado, sino que también destaca la contribución de las mujeres. La alcaldesa Méndez resalta el papel crucial de las castreñas en la defensa contra los romanos hace 2,000 años, así como su presencia destacada en el festival Arde Lvcvs, donde las mujeres representan más del 40% de la participación.

La muralla de Lugo, con más de 17 siglos de historia, se erige como un testimonio imponente de la Roma Imperial. Ahora, además de su legado histórico, la ciudad suma la expresión contemporánea del arte urbano. La incógnita sobre si la guerrera de Manuel Pallín seguirá los pasos del Julio César de Diego As hacia la fama internacional de los mejores grafitis del mundo solo se desvelará con el tiempo.