Los contratos del Plan Extraordinario de Carreteras ya están firmados por el consejero de Fomento, Movilidad, Logística y Vivienda del Gobierno de Aragón, Octavio López. Una firma que supone el inicio de 30 meses de obras que darán comienzo este verano para renovar más de 1.700 kilómetros de la Red de Carreteras de la Comunidad Autónoma de Aragón.

Un plan que contempla, además, la construcción de las variantes de Valderrobres, Binéfar, Sástago, Monzón, Sariñena y Mora de Rubielos, contribuyendo con ello «a pacificar las travesías en estas localidades y aumentando, por tanto, la seguridad de sus habitantes, que emprenderán una convivencia más amable con el tráfico rodado y que verán reducidos considerablemente sus niveles de ruido y contaminación», ha señalado el consejero de Fomento, Vivienda, Movilidad y Logística.

López ha recalcado que el PEC contempla un modelo concesional por el que serán las propias empresas adjudicatarias las encargadas de realizar su adecuado mantenimiento posterior en base a criterios de calidad, siendo ésta “condición sine qua non para que perciban el total de la asignación prevista, que en su conjunto y a lo largo de los 25 años podrá superar los 2.600 millones de euros”.

El consejero ha pedido también al Ministerio de Transportes y Movilidad Urbana que acelere “el ritmo mortecino que en estos momentos sufren las obras entre Lanave y Sabiñánigo en la A-23, así como diferentes tamos de la A-68”. Además, López ha pedido que se reconsidere la decisión de rebajar la prometida autovía A-25 a una carretera de tres carriles. “No atender estas legítimas reivindicaciones sería poner palos en la rueda al despegue económico y social que vive Aragón”.

DURACIÓN DE LAS OBRAS

Los 11 contratos del PEC llevan la firma del consejero Octavio López y los representantes de las empresas concesionarias, cuyas máquinas tomarán las carreteras a partir de este verano, previsiblemente desde el mes de agosto.

Tal como ha apuntado López, las obras «durarán dos años y medio, el plazo que necesitamos para dar la vuelta al estado de la red viaria aragonesa como si de un calcetín se tratara, para que, desde el primer trimestre de 2027, conducir por estas vías sea una experiencia bien distinta a la actual».

Dos años y medio de obras, aunque no en todos los itinerarios se apurarán los plazos, que van a suponer inevitables molestias para los usuarios de las vías, por lo que el consejero ha pedido paciencia y comprensión: «Seguro que ellos son más conscientes que nadie de que esas molestias van a merecer la pena».